YORCK: EL ORIGEN DEL ASESINO

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La venganza nunca es buena,

mata el alma y la envenena,

pero, si has perdido tu alma

y la venganza te llama

pues tu talento es nato...


"Fragmento del Prólogo de la novela/comic: Yorck, colección: ANTI-heroes"


"Dicen que uno nunca sabe de lo que es capaz hasta encontrarse en un extremo, sea de miedo o de furia, este despertara en ti, todo aquello que nunca antes habías imaginado poder hacer o tener en tu interior, hasta el chico más frágil, se puede convertir en una mega muralla de hielo y fierro tras la provocación adecuada, a veces, dicha provocación ni siquiera es intencional y lo que se desata entre toda aquella gente inocente, es un monstruo sediento de sangre y en búsqueda de una venganza que tan solo te conllevara al final de la existencia de aquel ser que fuiste alguna vez.

Nunca creí poder encontrarme en el sitio en el que estoy ahora, haciendo lo que hago y diciendo toda esta clase de cosas a una persona que seguramente se orina en los pantalones por el miedo que le provoca mi simple presencia, un hombre que seguramente, días atrás juraba y perjuraba que mi existencia era una blasfemia o una simple mentira, un rumor en la boca de quienes quieren intimidar al corrupto, pero no te equivoques maldito mocoso, no soy uno de tus estúpidos héroes que corren por las calles salvando a quien lo necesite, entiéndelo bien y plásmalo así para tu maldito periódico amarillista, mato a quien me estorba, aniquilo a quien quiero, destrozo a los que se meten conmigo y a veces, solo a veces, lo hago por el simple gusto de sentir la sangre tibia sobre mis manos, ese olor dulce que desprende tras salir del cuerpo y ese color tan único, irrepetible e inconfundible."

El joven Jaime se echaba con cada palabra un poco más hacia el respaldo de la silla metálica de aquella sala de interrogatorios, no podía creer que frente a él estuviera sentado aquel ser al que tantos le tenían miedo, ese del que se hablaba por todos lados, redes sociales, periódicos, revistas, radio, tele, internet, en donde fuera, de verdad era un tipo intimidante, casi dos metros diez, cicatrices por todo el rostro, la barba azulosa de lo cerrada que era, unos ojos grandes y que parecían lanzar fuego por la ira que contenían, las fosas de su nariz se ensanchaban con cada respiro y por un momento, su miedo hizo que viera como salía de ellas humo, rapado por completo y con un físico que daba la impresión de poder partir a quien fuera por la mitad, eso era lo que más miedo le daba, pues lo único que lo protegía de dicho hombre eran n par de cadenas y esposas de simple fierro, pegadas a la mesa y al suelo, cuando su jefe le había dicho que tendría que ir a la prisión de alta seguridad, pues acababan de atrapar al "fantasma", a "la hoja asesina", al "devorador de almas" y quería la exclusiva para su periódico, no creyó que fuera real, pensaba que probablemente se trataba de los decanos de la prisión, llevando atención a su edificio, pues era más que claro, que necesitaban más fondos para el sitio, pero por dios, estaba allí, frente a él, con casi todas las posibilidades de morir en sus manos a favor, no podía esconder su miedo, pues tras cada pregunta que realizaba, su voz se cortaba y tartamudeaba un poco, las manos le temblaban y cada vez que levantaba la voz, sus ojos se cerraban de inmediato.

- ¿En qué piensas mariquita? ¿Quieres que te traigan a tu mami? ¿Qué te cambie los pañales? Jajajaja...

- ¡¡¡No hables de mi madre!!!

- ¡¡¡¿QUEEEE?!!! Escúchame bien pedazo de mierda, yo puedo hacer lo que quiera, ¿Entendiste?

- S...s... si ...se...se... señor...

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