Fragmentos

RIQUEZAS

...no todo lo que brilla es oro,

ni todo lo que vale compra algo,

a veces lo más valioso,

es aquello que te acompaña...

En estos tiempos, las generaciones nuevas, aprecian más el valor de un billete de papel, que a una buena amistad que te acompañe en cualquier momento, me entristece ver a las personas que me rodean mientras camino por el parque, no soy la persona más adinerada ni mucho menos de clase media, mi realidad es otra, yo he vivido dentro de una caja de refrigerador en un callejón, teniendo comida y ropa, no necesitaba más, al menos no en aquel momento, pero esto no siempre fue así, en otro tiempo, yo fui la persona más rica del mundo, pero no nos adelantemos, antes hay que decir la razón de porque hablo de esta manera.

Todo sucedió aquella mañana, me encontraba sentado en la misma banca que me sentaba todos los días, aquella que se encontraba justo al centro del parque, para ese entonces solo era un anciano que disfrutaba de encontrarse con personas nuevas y escucharlas, hablar con ellas o simplemente poder recibir y brindar una sonrisa, cruce mis piernas y brazos mientras me acomodaba en el respaldo de dicha banca, a lo lejos, muchas familias y parejas, todos sonrientes o al menos era lo que aparentaban, no había mucho que me disgustara, sin embargo algo perturbaba mi espacio perfecto, mi placentero lugar de paz, ese algo, era un pequeño con sus padres, estaban justo a un lado del quiosco central, el pequeño chillaba y exigía a su padre un auto a control remoto que acababa de ver en las manos de otro niño, el padre se estaba negando completamente a comprárselo alegando que recientemente le había comprado otro modelo de auto, al escuchar esto, el niño se tumbó sobre el suelo de espaldas golpeado los pies contra el piso y chillando a gritos y berridos, el padre trataba de ignorarlo más su madre, se fue completamente, el padre amenaza al pequeño con castigarlo y quitarle todo lo que le ha dado, más el pequeño asegura que no lo hará con una voz y cara retadora, entonces se le cuelga de la pierna y no lo suelta mientras sigue llorando y chillando a todo volumen, la gente voltea a mirarlos y con mucha razón comienzan a hablar, mas no hablan de lo que realmente pasa, no dicen que el niño es un caprichillo de primera, consentido y mimado bebe, sino que mencionan que el padre, es mal padre, por no cumplirle el capricho al pequeño engendro, el niño no cesa, al contrario, aumenta en un mil por ciento los quejidos y reclamos.

El padre por fin se desespera y cansado de oír el berrinche de su hijo, le dice: "está bien, está bien, lo comprare para ti, pero por el amor de dios, ya cállate..." entonces el padre lo suelta y deja sentado en una banca cercana, me levanto y camino hacia ellos, la verdad me da tristeza que un pequeño no valore lo grandioso de la vida, en este caso, del parque hermoso que nos rodea, de aquellas jacarandas lilas que caen lentamente dándonos un baño de flores y hojas, la brisa deliciosa y refrescante, las risas, todo lo que hay aquí, el señor me roza al pasar y creo pertinente preguntar a donde se dirige, el solo me mira y aun cuando no tiene una razón por la cual contestarme, me responde: "iré a conseguir el maldito auto, me tiene harto con tantos caprichos, siempre nos hace quedar mal y lo que es peor aún, me compra problemas con mi mujer, solo sé que es mejor complacerlo y callarlo, que estar discutiendo con el...", en mi cabeza solo puedo pensar en lo triste que es escuchar esas palabras venir de un padre al hablar sobre su hijo, sin más pasa a mi lado y se dirige a la tienda de juguetes, mientras tanto me siento junto al pequeño e intento ver que es lo que pasa con él, pero para mi sorpresa o más bien, algo que no me sorprende es la actitud del niño hacia mí, claramente al verme se comienza a burlar de mí, hablando de lo pobre que soy y de la risa que le causa ver a personas como a mí, das pena me dice mientras no puedo creer que sea un niño el que está diciendo eso, pero vamos, los niños pueden ser muy crueles.