CADENAS

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...el peso de un error no es nada,

el peso de un arrepentimiento,

apenas se siente, pero el peso de

la conciencia, te mata lentamente ...


Soy una persona normal, o al menos eso creo al cruzar este umbral, no sé cómo describirlo, sin embargo sé que estoy muerto, aún recuerdo aquel instante en el que solté mi último aliento sobre el cristal que se quebraba frente a mí, no recuerdo exactamente porque estaba involucrado en aquel choque, pero veo a las personas que han llegado al mismo tiempo hasta aquí y las reconozco, sé que la chica parada a un lado del pequeño, es mi ex novia, hace algunos meses terminamos, el pequeño, es aquel fruto de discordia por el que nos peleábamos y discutíamos sin descanso día y noche, un chiquillo que yo juraría es producto de todas aquellas noches de pasión que compartimos, ella decía que no era mío, que era de su amor de verdad, el estúpido de Romualdo, que por cierto, me agrada el hecho de poder verlo una vez más, tristemente formado frente a mí en esta línea para decidir nuestro destino.

Aunque no puedo dejar de pensar quienes son todas esas otras personas que han llegado con nosotros, nunca en mi vida las había visto y por lo que parecía, ellos tampoco a mí, el sitio era extraño aunque en realidad más extraño era que estuviéramos tan tranquilos en aquel lugar, solo una franja de color blanco sobre el piso, iluminada como si fuera una lámpara, a los costados, todo obscuro, un negro intenso y sin ningún brillo o señal de alumbrado alrededor, esta línea interminable en espera de quien sabe qué, pero una puerta enorme se encontraba al final del lado derecho, al ladi izquierdo, algo parecido a un precipicio en el que algunos se lanzaban y otros eran arrastrados, a decir verdad, me veo las manos y los pies, entonces noto aquel accesorio que adorna mi ser, unas cadenas delgadas de color gris, como si fuesen nuevas, más parecían no estar atadas a ningún sitio, podía mover con toda tranquilidad mis extremidades y no sentía nada que impidiera ese desplazamiento, las ansias recorren mi cuerpo, me pregunto que habrá pasado o que pasara, cualquiera de las dos respuestas, podrían aliviarme un poco.

Miro curiosamente el borde de la línea de luz y me pregunto mientras, si nos encontraremos a altura o solo estará pintada, estiro mi mano y dejo que la cadena sobresalga de esta, la cadena cuelga, lo que quiere decir que efectivamente estamos a una altura considerable, comienzo a jugar con la cadena y el borde pero entonces una mano esquelética y con carne colgando, toma la cadena y la empuja a la superficie, admirado por lo que vi, me asomo uno vez más esta vez hincándome sobre el borde, comienzo a bajar mi mano y cuando estoy a punto de rozar el borde, me topo con un sólido increíble, la palma de mi mano perfectamente plana, no hay profundidad, pero que demonios, hace un momento vi colgar la cadena y más aún, vi que alguien desde abajo la subió, ¿eso sería posible?

Sigo jugueteando y la gente comienza a verme de una manera extraña, pero de momento todos voltean hacia el frente, serios, callados y erguidos, no comprendo el porqué, pero pronto caigo en cuenta de la razón, unos seres extraños salen de la obscuridad y se dirigen justo hacia mí, me levanto de inmediato y me pongo en posición firme, mirando al frente y derecho, sin hacer ningún movimiento, pasan justo junto a mi lado y me ignoran por completo, suelto un suspiro en señal de alivio y veo que antes de llegar al final uno de ellos me mira fijamente, haciéndome una señal de cálmate, luego siguen su camino y se lanzan al borde de aquel precipicio.

Volvemos a la línea y a mi mente regresan unos cuantos recuerdos, nada muy relevante, yo en un auto manejando a una velocidad alta, la mirada concentrada en algo, aunque no logro descifrar de que se trata, entonces un salto negro y acto seguido, el auto volando por el aire, girando lentamente y yo dentro de él, el cristal estrellándose de a poco cada instante, la bolsa de aire que no se abre, el cinturón de seguridad oprimiéndome contra el asiento pero haciendo que mi cabeza se mueva como un látigo de atrás hacia adelante, la canción que suena es la de "v for vendetta" de Deligma, mis manos flotan y mis pies se mantienen fijos contra del piso, la canción se enmudece por la presión que ejerce el agua a la que cayo mi auto, todos los cristales se rompen en pedazos y el agua comienza a entrar en el auto, siento como mi ropa se comienza a empapar y como mi cuerpo queda debajo de todo aquello, pronto sube hasta mi cuello y termina por entrar en mi boca, en mi nariz, mis pulmones se llenan y tras esto, creo que es lógico que terminara en este sitio.

FragmentosWhere stories live. Discover now