SOBREVIVE

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...no importa lo mucho que intentes

esconder tu verdadero ser,

hay ocasiones en las cuales solo debes

dejar salir, aquel animal que eres...


"Fragmento del Prólogo de la novela: Infierno Terrenal, colección: Almas Perdidas"


Nadie sabe las circunstancias reales del porque las cosas comenzaron a salir mal, simplemente en esos momentos, nos dimos cuenta de que debimos ser mejor portados o más fieles en cuanto a lo que creencias se refiere, no lo sé, tal vez llevar una vida más apacible y buena ante los ojos de un creador, pues definitivamente esto estaba sucediendo por las malas acciones de las personas, de un momento a otro, comenzaron a desaparecer, algunos por combustión espontánea, otros simplemente se desvanecían y a algunos más, bajaban seres alados y brillantes del cielo, para llevárselos con toda la calma mientras dormían, quedando como habitantes de esta tierra que se desplomaba poco a poco, aquellos que simplemente, nos habíamos equivocado, esto me recordaba aquella obra de "los de abajo" sin embargo parecía que nadie podía creerlo y vaya que fue una sorpresa el darnos cuenta que muchas personas que aseguraban entrar al cielo y librarse de los males del juicio final, se quedaran dentro de sus templos y aposentos, al parecer, la mayoría de los servidores del creador, se quedaron en este mundo terrenal, allí fue cuando nos dimos cuenta de lo malos que en realidad podían llegar a ser.

El mundo se desoló y se nos quitó por completo todo suministro, los animales comenzaron a desaparecer de un momento a otro e incluso los ríos, mares y océanos se secaron por completo, la naturaleza se comenzó a extinguir y todo se pudrió lentamente, pero incluso todo aquello que quedaba aún con vida, sabia realmente mal, por lo cual, aquello que tenía que pasar, simplemente paso, la gente enloqueció, atacaban y asaltaban todo sitio que tuviera un poco de comida, agua, medicamentos, no lo sé, lo que fuera, de inicio lo comprendí pues era lógico que la gente quisiera tener algo con lo que sobrevivir y salir adelante, pero con el paso de los días, solo se trataba de externar aquel potencial o fuerza que tenían escondido.

Veía a las personas realmente mal, ya no se trataba solo de intentar conseguir las cosas de aquellas casas vacías o de los establecimientos que habían quedado expuestos, ahora incluso, peleaban en las calles y abusaban de las personas, mi padre decía que era increíble el ver que la gente en lugar de tomar aquella experiencia como la alerta de ya no seguir más con sus malas actitudes, lo tomaban como una excusa para hacer lo que quisieran, bajo la absurda justificación de que era lo necesario para mantenerse con vida, en un cambio drástico en nuestra naturaleza, el sol ya no salía cada día, era más bien como el reflejo del mismo cada tercer o cuarto día, el resto del tiempo, todo estaba completamente sumergido en tinieblas y una obscuridad tan inmensa, que solo quienes conocían realmente el sitio, podían salir y "vivir" allí afuera, en realidad solo era la obscuridad cubriendo los crímenes que la gente cometía, al salir el sol solo podíamos ver los estragos de la obscuridad y aquellos seres que la aprovechaban, nunca pareció ser algo que nos afectara directamente, después de todo, tanto mi padre como mi abuelo eran fieles creyentes de un apocalipsis, por lo que se habían preparado perfectamente con suministros de cualquier tipo, lo que parecía ser una casa pequeña, tenía un enorme sótano lleno de todo tipo de comida y agua, así como medicinas y una que otra arma, estábamos completamente seguros gracias a todas aquellas cerraduras de la puerta y medios de protección sobre las bardas o puertas.

No creímos que fuera necesario realmente el tener que salir a la calle para ver nuestra suerte, pero no siempre salen las cosas, como uno las planea, un tipo de temblor hizo que mientras mis padres y hermanos estaban en el sótano, se cayera una pared completa sobre la trampilla de entrada, dejándome solo y desprotegido en una casa sin una pared, abriéndole paso a cualquiera que deseara entrar y dejándome indefenso ante cualquiera y con tan solo unas cuantas horas, antes de que el sol cayera, tenía que hacer algo y no sabía exactamente qué hacer, los ruidos de los alrededores se acercaban lentamente y eso no era algo que me agradara para nada, solo fui a la cocina y tome un par de cuchillos, me abrigue perfectamente bien y subiendo por aquella pared que había sido derribada, salí a la calle, no sin antes dar unos toquidos sobre la pared, en señal de que me encontraba bien, hace mucho que en realidad no salíamos ni veíamos lo que sucedía afuera, pero era algo realmente deprimente, era como si el polvo y el tiempo hubieran deteriorado por completo todo aquello que conocía, dándole incluso un tono gris a las cosas, haciendo que hasta el más brillante y hermoso color, se viera opaco y triste, las paredes se desmoronaban y los cristales estaban cubiertos por un tipo extraño de bao o niebla, no te permitían ver absolutamente nada en el interior, sin embargo, tras unos empujones, las puertas se abrían de par en par, las casas eran tan melancólicas y te generaban una soledad increíble, no podía saber a ciencia cierta si habían desaparecido por la limpieza santa o como quiera que quisieran llamarlo o por la inevitable muerte y asesinato por parte de los drásticos.

No puedo mentir, sentía un terrible miedo, nunca antes había estado en soledad o en un silencio tan profundo, ni mucho menos, temido por mi vida, por lo que fuera a matarme o tan solo por la muerte, así me quede viendo por aquella vieja ventana circular en el ático de los Stuff, el sol comenzaba a bajar lentamente, la obscuridad inminente me cubriría por completo en cuestión de unos segundos y mientras me enfrentaba a un dilema que pocas veces podías tener, quedarme allí sentado en soledad y silencio, abrigado por las sombras en espera de que nadie más llegara a entrar allí, siendo paciente por tres o cuatro días seguidos, sin hacer ningún ruido y rogando porque no me encontraran ni hicieran nada, aunque también podría buscar encender mi linterna para cubrirme de las sombras y al mismo tiempo dar una alerta de que alguien se encontraba allí, esperando porque aun existiera una alma caritativa que me ayudara y resguardara o por último, podría solo tomar aquellos cuchillos y salir a defenderme como el hombre el que era o cortarme las venas o el cuello para no tener que estarme preocupando por lo que fuera que sucediera, dándole un final explícito a lo que sería inevitable, huyendo como el cobarde que siempre había sido, pero fuese lo que fuese que hiciera, tenía que decidirme de una vez por todas, el sol no me daría más de unos cuantos minutos.

Me miro las venas y el reflejo de mis ojos en el cuchillo, por más que intento no logro ni siquiera imaginar que lo estoy haciendo, la idea de terminar con mi vida por el exclusivo miedo a lo que ni siquiera sé que pueda pasar, me mantiene paralizado, siento como los latidos de mi corazón aumentan y se aceleran con un sonido de latido, demasiado fuerte y que taladra mi cabeza, la luz va escaseando cada vez más, aquel rayo que me daba hasta la rodilla, en este preciso momento a duras penas me toca el tobillo, dejo salir un pequeño suspiro y baja cada vez más el sol, por fin se extingue la luz, los sonidos de mi alrededor son cada vez más fuertes, se sienten más cercanos , casi puedo sentir como algo se aproxima a mí, mis ojos tardan en comenzar a adaptarse a aquella falta de luz, a duras penas comienzo a distinguir lo que vi claramente antes de que todo se apagara, los muebles, la ropa, cada espacio, sin mentir trato de ubicar perfectamente todo aquello que se encuentra a mi alrededor, por lo que me distraigo un poco de cualquier cosa que se acerque a mí, pero algo pasa y me hace volver a la terrible realidad en la que me encuentro, los gritos de una chica en la calle, me hacen morir de curiosidad, subo por unos cuantos cajones y cajas hasta llegar a la ventanilla redonda que se encuentra en la parte superior, me asomo lentamente intentando no ser visto, para mi sorpresa, mis ojos pueden ver claramente lo que sucede, una chica de unos veintitrés años corre por las calles gritando, tras de ella, algo que en mi vida había visto, un tipo de animal extraño va a toda velocidad directo contra ella, no sé qué hacer, siento una impotencia enorme y aunque me muero del miedo, mis pies se mueven por voluntad propia, bajo tan rápido como puedo del ático, tomo una lámpara de pie metálica y salgo a la calle, buscando a aquella chica, aunque en mi mente no deja de aparecer la idea de que podría tratarse de una trampa para hacer salir a quien fuera que estuviese escondido, camino por unas cuantas cuadras, al dar vuelta en la esquina, el cuerpo de la chica me derriba con un empujón increíble, ambos caemos rodando contra el piso y la lámpara de pie rueda hasta la orilla de la banqueta, ella me mira y al levantar el rostro, nos damos cuenta de lo cerca que se encuentra dicho espécimen, no puedo creer lo que sucede, decidí salir a ayudar a alguien que nunca antes había visto y probablemente eso sería lo que terminaría con mi vida, aunque miro en cámara lenta todo lo que sucede, estoy consciente de que pasa a velocidad normal, la cara de horror de la chica solo es comparable con el pavor que yo siento, es casi como si sintiera que el miedo se escurre por mi cuerpo, como si me derritiera por completo, cierro los ojos y aprieto los puños, trato lentamente de alcanzar la lámpara, pero dudo mucho en mi interior el poder tomarla, siento la saliva de aquel ser tan asqueroso sobre mi piel, ese aliento caliente y acido erizándome, solo esperaba por el momento en que lo peor pasara y justo cuando sentía que sus colmillos rozaban mi piel abriéndola de a poco, salió ese héroe, un tipo cubierto por completo, de pies a cabeza, que sin duda sabía lo que hacía, pues en solo un par de movimientos lo destrozo partiéndolo en pedazos, la sangre salpico todo y luego extendió su mano hasta la lámpara para dármela y decirme que esa no era una buena arma, se quitó el gorro, los lentes y la mascada dejando ver a nuestro salvador o mejor dicho a nuestra salvadora, quien sin ninguna duda nos miró y dijo:

"están bien par de tortolos o necesitan algo más..."

FragmentosWhere stories live. Discover now