WARRIORS OF BLOOD

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...existen personas con

tanta maldad en su interior,

que sin duda su sangre

puede ser un arma mortal ...


"Fragmento de la novela/comic: Dixie y Jack, colección: Warriors of Blood"


Al nacer, se nos entrega una identidad única y especial, nuestros padres nos esperan con ansias y gusto, somos al llegar, el momento más esperado y aquel ser más deseado que nadie por parte de nuestros progenitores, sin embargo, algunos no cuentan con esa dicha ni suerte, algunos somos solo una maldición para la familia a la que llegamos, traemos cierto peso en nuestros seres, almas y espíritus, que incluso hacemos que quienes nos crean, duden si deben conservarnos o solo matarnos o sacrificarnos para evitar que el resto tengan problemas, algunos deciden conservarnos y en base a ello firmar un tipo de pacto o contrato con nosotros, en donde solo existe un beneficiario y en el mejor de los casos no somos ni nosotros, ni quien se echa encima la carga de llevarnos con ellos.

Mi madre fu abusada sexualmente en un callejón cuando tenía dieciséis años, mientras volvía del colegio, al confesarlo con sus padres, estos solo le dieron la espalda, pues no creyeron que se tratara realmente de un abuso, su madre le dio la espalda mientras le decía, que para ella estaba muerta, su padre la golpeo y la lanzo a la calle con solo lo que traía encima, nada más.

Ella camino por las calles obscuras de aquel pueblo en el que habitábamos, nadie se atrevía a brindarle apoyo o ayuda solo la observaban con desprecio y odio, cansada se sentó en una escalera que daba al parque, un hombre joven se acercó a ella estirando su mano, el ambiente se helo por completo y las luces bajaron a cero, mi madre espantada levanto el rostro y admiro a aquel tipo que se acercó, ella estaba perpleja pues su aspecto no era para nada malo ni desagradable, era un tipo de tés clara, ojos café rojizo y una barba de candado poblada, delgado y muy recto, cabello negro profundo y vestido con un tipo de traje muy elegante en color carmín.

Le ayudo a levantarse despacio y coloco una mano en su brazo, comenzó a caminar con ella por una vereda de la que las luces se iban apagando, así es como mi madre encontró por fin ayuda, un completo extraño y para nada una persona normal, él se hizo cargo de ella, la cuido y protegió, dando todo aquello que tenía y aunque mi madre no sabía por qué lo hacía, acepto su ayuda y apoyo, alguna que otra vez intento pagárselo con favores o detalles, incluso de manera sexual, sin embargo, el rechazaba todo tipo de presente o insinuación, tal como si no le importara, mi madre llego a pensar incluso que sus preferencias sexuales, podrían ser de otro tipo así que no se dio ni por ofendida, ni despreciada, aunque ni siquiera ella podía llegar a negar que se estaba enamorando perdidamente de aquel tipo, el hombre al darse cuenta comenzó a alejarse, pero solo un poco, pues una tras otra vez, le repetía que estaría cerca de ella, tan pronto lo necesitara.

De este modo vivió mi madre aquellos nueve meses en los que me llevo en su vientre, dándome tanto amor como le era posible, claro que no la culpo por haberme odiado en algunas ocasiones, después de todo, la forma en la que me concibió, no era la más deseada o adecuada, así que era algo lógico el odiar al fruto de un abuso, incluso si ella hubiese optado por abortarme, lo habría entendido, sin embargo, algo en la voz de este tipo que se empeñaba en ayudarle, le daba el ánimo y la fuerza para seguir, los últimos meses fueron los más pesados, pues aparte de los dolores y malestares habituales, le llegaban a su mente miles de ideas molestas que aquel tipo denominaba como "estúpidas", ella le pedía a gritos en el momento del parto, que buscara a sus padres y les dijera que estaba dando a luz, más él se negó, le decía con mucha seguridad que lo más adecuado era que solo ellos lo supieran, mi madre lo miraba con recelo e incluso me atrevería a decirle que con odio y resentimiento, pero él fue quien se hizo cargo de todo, el dolor fue tan intenso que mi madre se desmayó en más de una ocasión, así que en el preciso momento de mi alumbramiento, mi madre estuvo inconsciente.

El primer rostro que vi, fue el de aquel tipo, indudablemente tenía algo especial, pero no podría describirlo, era más bien, algo que tendría que sentir, quien fuera que lo viera, él se encargó de limpiarme y cubrirme para entregarme con mi madre, una vez esta despertó, tras esto, se aseguró del bienestar de ambos y procedió a salir de aquel sitio tan pronto fue a dormir mi madre, al despertar, se encontró con unos papeles sobre la mesilla de descanso y se asombró al leer que su nombre figuraba como propietaria de todo aquello que él le había mostrado, las lágrimas no se hicieron esperar, pero no podría decir si se trataban de emoción por el aparente regalo inesperado o de tristeza por la partida inminente del hombre.

De esta manera, mi madre se resignó a que estaría sola conmigo por el resto de su vida y aunque aparecían tipos que se enamoraban de ella, siempre terminaba rechazándolos, pues decía que solo les importaba el dinero o el sexo y no tenía ninguna intención de entregarle a nadie más, aquello que le habían obsequiado de tan linda manera, pero si lo pienso ahora, tal vez lo que realmente trataba de decir, era que estaba esperando la vuelta de aquel hombre, continuamos con esta forma de vida, hasta que cumplí siete años y cada vez que preguntaba por mi padre, mi madre me hablaba de aquel gentil hombre que nos había dado hogar y sustento, tal como si esperara que yo entendiera que él era mi padre, entonces aquel día en que me desespere por no saber quién era mi padre, salí corriendo de casa, como creyendo que al primer hombre que me toparía, sería mi padre, sin embargo, mi suerte no fue tan buena, ya que tan pronto llegue a la calle un auto me embistió lanzándome hasta el otro lado de la misma, mi madre estaba eufórica y nerviosa por no saber qué hacer y de un momento a otro entro en un shock que la dejo inmóvil mirando mi pequeño cuerpo, tendido sobre el piso, se desplomo sobre sus rodillas y comenzó a llorar soltando gritos agudos al cielo, preguntando una y otra vez, porque le pasaba aquello a ella.

Una mano tibia salió de la nada tocando el hombro de mi madre, ella levanto la mirada con los ojos llenos de lágrimas y se sorprendió al ver a aquel viejo amigo que antes le había tendido la mano, se levantó casi de inmediato y se acurruco entre sus brazos, el hombre la rodeo por la cintura sin hacer o decir nada más, la gente comenzó a rodear a mi madre, al hombre y mi cuerpo, llamando a la ambulancia y esperando por la ayuda, pasaron unos cuantos minutos, fue entonces que el hombre le susurro a mi madre aquellas palabras que supongo ella no esperaba oír en ningún instante...

"Tu hijo querida, es muy especial, es la razón por la cual estuve para ti en aquel momento y por la cual me encuentro aquí en este preciso instante, tu pequeño, cariño, es un ser muy especial e importante para mí y esto que acaba de suceder, no es una simple coincidencia, se trata justo de lo que el destino le deparaba y amor, lo que acaba de acontecerle ha sido a causa de mí, pues veras, mi tarea principal era lograr que la meta se cumpliera, pero tranquila, no hay de qué preocuparse, tu hijo no puede morir, su sangre ha sido marcada con la insignia del demonio mayor, lo cual le dará dos cosas en la vida, un arsenal de poderes y habilidades increíbles, que le ayudaran a enfrentarse a retos indescriptibles, guiados por seres igual de asombrosos y un ejército de ambiciosos seres que vendrán tras de él, para apoderarse de lo que tan amablemente le ha entregado mi señor, ahora que lo sabes amada mía, es tiempo de explicarte que será lo que sucederá en este preciso momento, tu pequeño se levantara como si nada le hubiese sucedido, con los ojos en color carmín intenso y hambriento a no más poder, así que querida, deberás ir a prepararle una manjar de reyes, pues el mío acaba de nacer o renacer, como lo prefieras, en cuanto a la gente que ha sido testigo de lo acontecido, caerán muertos, víctimas de un infarto fulminante, claro está que tan pronto lleguen a sus destinos será cuando sucederá, sería muy sospechoso que cayeran muertos en este sitio, eso sin mencionar que serán solo unas marionetas tan pronto nuestro querido hijo se levante, solo para que no hagan ninguna tontería e involucren al resto, en fin, creo que eso es todo lo que tengo que decir por el momento y cariño, si no lo crees, espera solo unos segundos..."

Una sombra extraña comenzó a rodearme, los tonos carmesíes de la sangre y el negro de las sombras que brotaban debajo de mí, me comenzaron a cubrir de pies a cabeza, la mirada de mi madre demostraba un tipo de angustia, tristeza, preocupación y locura, no quitaba los ojos de mí, fue entonces que en aquella desesperación, mi mano se levantó lentamente hasta posicionarla frente a mis ojos, la gente se dispersó y mientras yo sentía como algo extraño recorría mi ser, casi como quemándome por dentro, como desgarrando mi ser, tras esto, cerré mis ojos y todo se volvió sombras.

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