EXTRAÑOS

19 2 0
                                    


...triste es, que mientras yo más te amo,

tú me estas olvidando,

haciéndome a un lado,

como si nunca hubiera estado...


Aquí estamos, recostados sobre la cama juntos, la noche anterior ha sido como nunca antes, tu y yo acoplándonos como nunca, abrazados y con gran pasión, entre gritos, arañazos y mordidas, nos hemos hecho un daño tan placentero que llegamos al clímax total, tal vez porque ambos hemos entendido lo que está a punto de pasar, no nos miramos ni de reojo, aunque estamos abrazados y juntos, no tenemos ese deseo inevitable de hablar o compartir algo, nos levantamos en completo silencio, aun cuando apreciamos nuestra desnudez y las marcas de lo que ha sucedido, procuramos darnos la espalda para vestirnos, ocultando lo que sin duda a ambos nos ha encantado, recogemos nuestra ropa y hacemos lo debido, claro que sin mirarnos ni un poco, todo está listo, no tendemos la cama pues queremos dejar alguna evidencia de lo nuestro, la miramos con un poco de recelo, como deseando estar de nuevo en aquel instante, en aquel momento de acople especial.

Sin embargo nada pasa, donde ninguno de los dos habla, no hay nada que suceda, bajamos a la cocina para beber un poco de café y un pan, tal vez recuperar un poco de fuerzas y comenzar el día que recién empieza, aquel café esta frio pero no le damos mucha importancia, aun estando de esta manera nos servimos una taza, no necesitamos acompañamiento de un pan o algo que masticar, pues sin duda, lo único que queremos es salir de allí, hasta ahora parece que lo único que compartiremos, es este silencio increíblemente incomodo, hemos terminado de comer, de vestirnos, de convivir, así que caminamos hasta la puerta y la abro para salir, pero antes de hacerlo me tomas de la mano y me jalas hacia ti, me abrazas con cariño y yo hago lo mismo, no podemos evitar que las lágrimas broten de nuestros ojos y mucho menos el presionarnos con gran fuerza pues de verdad había algo enorme entre nosotros, me sueltas pero yo no lo hago, sin embargo te mueves con cuidado y te zafas de mí, mis manos se extienden hacia tu cuerpo, más aun así te alejas cruzando la puerta, te veo caminando rápidamente cada vez más lejos y una vez te pierdo de vista, salgo yo también y cierro la puerta con llave, guardo la llave en mi bolsillo y camino en sentido contrario.

El paso tras paso hace que nuestra historia se quede atrás, siendo solamente un recuerdo entre dos personas que compartieron algo, mientras camino lentamente y con la cara de frente, simulando que nada me pasa, no dejo de pensar en ti, cada cosa a mi alrededor me recuerda lo que estoy perdiendo a cada instante, tu nombre presente en muchas cosas y tus gustos e rodean en absoluto, todo aquello que no había notado en un momento dado, estaba ahora completamente presente y frente a mí, trato de entrar a algún sitio esperando poder distraer mis pensamientos de aquello que sin duda me hace mucho daño, me topo con un bar en el cual estoy seguro que podre ahogar mis penas, mi dolor y matar mis recuerdos, pero tan pronto cruzo las puertas, me percato de como todos los que se encuentran en el interior, disfrutan, festejan y se divierten, si fueras otra persona, sin duda me habría sumado a aquello, fingiendo al principio una sonrisa que después de poco tiempo y alcohol me convencería de que estaba bien, sin embargo, se trata de ti y no puedo negar que la tristeza es tan fuerte, que si incluso fingiera una sonrisa, nadie en absoluto me lo creería, miró fijamente la barra y hay más de un tipo recostado, probablemente llorando o quejándose de algo , tampoco era lo que quería, si lloraría tu partida, la haría sin duda yo solo y por ti, la mayoría de las veces que uno se acerca a alguien que está sufriendo su pena, termina haciéndote participe de lo que él tiene y terminas llorando el mal de alguien más y no el tuyo.

Pero no era lo que necesitaba, así que solo opte por entrar a comprar un par de botellas, de marca extraña y desconocida, nada que tu tomaras pues sería contraproducente, el dependiente me mira con cierta lastima al entregarme las botellas, tal como si supiera lo que me pasa, incluso me obsequia un par más de botellas y me dice que es cortesía de la casa, tomo las bolsas y salgo de allí, solo para toparme con una antigua herida, que sin duda ya había sido cerrada, pero es tan reciente lo tuyo, que siento que incluso aquella, se vuelve a abrir, me mira fijamente y se lanza a mis brazos, me estruja con mucho cariño y sin saber exactamente porque, la abrazo también, tal vez es la forma de sacar aquel abrazo reprimido que no termine de darte, ella habla y habla, de todo lo que le ha pasado, de lo que ha hecho y logrado e incluso mirando un poco el piso, tal vez avergonzada y sin nada que esconder, solo me dice, te he extrañado mucho, la miro un poco sorprendido, a lo que ella arremete con un: "te necesito, me he dado cuenta de la falta que me haces y que tu realmente me hacías feliz...", no puedo creer lo que estoy escuchando, trato de recordar todo lo que había vivido con ella, lo bueno, lo malo, cualquier cosa, mas no viene a mi cabeza nada más, que lo que he vivido contigo, ella espera por una palabra, alguna reacción, diablos, tan si quiera un no, pero nada sale.

FragmentosWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu