Prólogo

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La familia Souther me hizo sentir, cuando sobrepasé la muerte de mis padres, como si siempre hubiera estado con ellos. Eleny Souther, mi madre adoptiva, amable y gentil, me trató de maravilla. Me amigué rápidamente con mi hermana adoptiva, Lisbeth Souther, un poco pícara y divertida. Y mi nuevo padre, Henry Souther, un hombre de negocios serio, aunque no lo veía mucho, me trató de igual manera. Debo decir que tuve mucha suerte. Dicen que, a medida que creces, tienes menos posibilidades de ser adoptado. Pero, a la semana del accidente, esta familia ya me había adoptado y ya habían comenzado a amarme como su hijo. Estuvieron conmigo los días que estuve en el hospital, y me ayudaron a entender que era lo que había sucedido. Me costó aceptar que mis padres habían muerto, pero no me costó aceptar a mi nueva familia.

Fuera de la familia, mi vida continuó de manera normal. Seguí asistiendo a clases y haciendo amigos, hasta llegar a estar principalmente con el que pasó a ser el mejor, Anatoly, un chico que venía de vivir en Rusia, de carácter alegre y jovial.

Como ya he dicho, había tenido mucha suerte. Pero se acabó aquel día en el que escuché esas palabras, que me hicieron saber que se me había acabado el tiempo.

- Athan Trasey, necesitamos que venga con nosotros, o no le va a gustar lo que le haremos a su querida familia...

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