45 - Una misión suicida

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Todo terminó en la dimensión de los viajes espaciales el día de mi intento de sacrificio.

-¡Campistas! -había gritado el director Bonloir por los parlantes que resonaban por toda la Bola Viajante, dirigiéndose a los agentes de campo-. ¡Preséntense en mi oficina dentro de dos segundos!

Así había comenzado mi día.

-Neo -me llamó la atención mi hermana cuando me estaba lavando los dientes-. Te has puesto el pantalón al revés.

Sorprendido, miré para abajo y confirmé la observación de Lisbeth.

Unos minutos después, ya cambiados y lavados, nos presentamos a nuestro superior. En la oficina ya se encontraban los agentes Europio, Samario, Gadolinio, Lantano, y ahora habíamos llegado Disprosio y Neodimio. Todavía faltaban Tulio y Prometio. Praesodimio, último recluta, se encontraba inconsciente en enfermería.

-Director -dijo Gadolinio, el primer agente que había conocido-. Con todo respeto, su oficina es bastante grande, pero aquí no entramos todos.

-Disculpas aceptadas -respondió Bonloir.

-Pero si yo...

Gado no pudo terminar de quejarse, porque los dos agentes faltantes llegaron a la habitación.

Una vez estábamos ya todos intentando hacernos más pequeños para entrar en la sala, el director comenzó a hablar.

-¡Tenemos nueva información! -dijo muy emocionado.

-¿Para esta mierda me llamaron? -se quejó Samario.

-Cállate, Sam -le dijo Europio-. Parece importente. Quiero escuchar.

-Ya me aburrí -dijo Tulio-. Quiero salir.

-¡Auch! ¡Ése es mi pie, idiota! -Samario le pegó una cachetada a Tulio.

-Director -Lantano levantó la mano-. ¿Cómo consiguieron la información?

-¡Cállense, por el amor de Dios! -gritó mi hermana desesperada.

-Y ya que están, quédense quietos o los despido -amenazó el director ya más serio.

Lo único que se escuchó a partir de ese momento fue una bruy en la habitación, un bicho parecido a una mosca proveniente del sistema solar 188.

-Bien -Bonloir respiró hondo-. Nos ha llegado información de nuestros androides infiltrados en los liberados. Los liberados han tomado la posición. Ya en esta situación, la OPPLE ha tenido que declarar y explicó de qué se trataba la misma: no es un lugar -dijo el director- sino un arma, capaz de hacer cosas, cito de la OPPLE, "muy, muy peligrosas, algo así como pum pum galaxia". No sé quién se cree el tipo para bromear sobre un objeto así. La OMGRA ha pedido a todas las naciones y organizaciones ayuda para destruir esta arma.

La OMGRA era algo así como la ONU de andrómeda.

-La OPPLE ha explicado que sólo puede ser destruída por una explosión de gramones.

-¿Me estás diciendo -comenté yo un poco enojada- que vamos a tener que hacer una misión suicida?

-Yo tampoco estoy de acuerdo -dijo Astrid en mi cabeza-. Por si sirve de algo.

-Gracias, Astrid, pero no es de mucha ayuda.

-Eso es ligéramente erróneo -respondió el director-. Nuestras naves tienen instalados sistemas de teletransporte. Si calibramos la teletransportación, debería ser posible escapar de la nave unos segundos antes de que se estrelle. De cualquier manera, si no vamos a la misión es probable que muramos de cualquier manera.

Dark LightWhere stories live. Discover now