55 - ¡Comiencen el plan!

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Una buena charla de cuatro horas ni siquiera era suficiente para ponernos al día. Le conté sobre la boda de Elias y Artemisa, sobre cómo salvé Andrómeda con mi hermana y cómo me convertí en una princesa exterminadora. Ella, en cambio, me habló de las revoluciones comunistas en la vía láctea, sobre cómo Brian fue presidente de una corporación transplanetaria y de cómo llegó a un pueblo raramente anticuado dode sólo hablaban español.

-Me quedé aquí desde que llegué -me dijo-. Aprendí español de apoco, aunque todavía no lo domino, y fui tomada por una hechicera nata por hablar en su "lengua antigua" -hizo las comillas con los dedos y sonrió a la nada, como recordando algo-. Gracias a eso pasé mis poderes como magia y me dediqué a defender la aldea. 

-Así que todavía te cuesta el español incluso después de tantos años en este mundo.

-Cállate.

-Bueno, tengo que volver al mando de mi ejército -dije levantándome-. Contigo aquí, ya no creo que le pase algo a este pueblo.

-Nos vemos, Athan -me saludó ya con un apretón de manos y sin abrazos.

-Nos vemos.

Volví lo más rápido que pude a mi carpa. Una media hora después de llegar, un general de Hagro me llamó para que hable con su comandante.

-Princesa -el comandante ni siquiera me saludó.

-¿Qué quiere? -respondí en el mismo tono monótono.

-Hay un pequeño cambio de planes -dijo-. Vamos a atacar ahora mismo.

Por un momento me había asustado, pero el atacar antes no cambiaba los planes.

-Genial -dije-. ¿Las posiciones continúan iguales?

-No -respondió.

Eso sí era un problema.

-Vuestros arqueros quedarán en la retaguardia. No tiene sentido que vayan en los costados como habíamos quedado -explicó-. La infantería sí quedará igual.

-Bien.

-Si no hay ningún problema entonces retírese y comienze los preparativos -me ordenó-. Yo haré lo mismo.

Me retiré en silencio. Cuando regresé al campamento de mi ejército junté un congreso de emergencia con mis generales.

-Hubo un cambio de planes de último momento -informé.

Una vez que ya todos tenían claro los nuevos planes presenté el problema.

-Si los arqueros quedan solos en  la retaguardia, cuando nos demos vuelta Hagro va a matarlos fácilmente.

-¿Y si separamos la infantería en dos, la mitad defiende a los arqueros y la otra mitad ataca? -propuso uno.

-No, la traición sería demasiado obvia y tomaría mucho tiempo -rechazó otra-. ¿Y si nos negamos a pelear y entramos a la batalla más tarde?

-Entonces el comandante nos mandaría atacar aquí y ahora -dije yo-. No es una opción. Solos contra ellos no podemos.

-Al final el que el ataque sea antes sí resulta ser un problema -dijo uno-. No podemos pedir a Groa que ataquen ellos primero.

Tenía razón.

-Bueno, por ahora preparen las tropas y pregunten a los soldados -terminé la reunión-. A alguno se le ocurrirá algo.

A los 15 minutos, ya había rechazado otras dos propuestas hasta que una me gustó. Mandé a decir al comandante que teníamos un problema con la distribución de las armas y que esperara media hora más.

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