26 - ¿Qué hizo esto?

70 8 0
                                    

En cuanto les dije a los demás que tenía la posición del cuartel general de Lab-TECH, les agarró un frenetismo que, incluso a través de Whatsapp, fue bastante importante. Cuando les dije que esta vez en serio teníamos que armar un plan, de repente se quedaron callados y quedamos en juntarnos el martes a la tarde, ya que el lunes, ese mismo día, yo no estaba disponible porque me encontraría con Hans.

Justo estaba en ese momento caminando con Anatoly y Agustín a ver al detective, que se encontraría con nosotros en un bar. Anatoly iba con nosotros por el simple hecho de que yo no había podido encontrar excusa alguna por la que el no podría venir cuando me preguntó si podría acompañarme en lo que sea que haría esa tarde. Supuse que Hans debería continuar con la farsa de ser amigo de mi padre.

Llegamos al bar justo cuando el policía saludaba a alguien. Estaba sentado junto a dos personas, una de las cuales Anatoly reconoció.

-Ése es Grand Jokins! -exclamó en cuanto lo vió, señalándolo sin disimulo.

El hombre, un tipo alto y musculoso, rubio y con cara amable, hizo una sonrisa nerviosa.

-Y quién se supone que es? -medio susurró Agustín para que el hombre no lo escuche, en caso de que se ofendiera.

-Era un jugador de fútbol -respondí.

El otro hombre que se encontraba con ellos, de aproximadamente 1 metro 70, también rubio, tenía una distinguida barba, y llevaba una pistola en el cinto, al igual que Hans.

Grand Jokins, jugador de fútbol retirado, nos saludó con la mano mientras se iba. Hans y el otro hombre nos invitaron a sentarnos con ellos.

-Chicos, que bueno que vinieron! -saludó con alegría.

Su acompañante no compartía su entusiasmo.

-Hola -masculló.

Les estreché la mano a los dos personajes. Mis amigos siguieron mi ejemplo. Luego nos sentamos a la mesa.

-Bueno, bueno -Hans se frotó las manos-. Él es Thomas Hosh, mi compañero en la policía -nos lo presentó-. Se ha rehusado a creer que cualquiera de nuestros casos haya tenido algo de ciencia ficción de por medio. Es un tipo muy cerrado. Pero los últimos sucesos indican que algo fuera de lo común está sucediendo -sopesó el detective.

-Te estás yendo por las ramas -lo redirigió Thomas-. Como siempre.

- Ahá -asintió Hans-. Aún no hemos podido encontrar al ladrón misterioso de el aparato de resonancias. Las cámaras no han mostrado nada.

-Hans... -Thomas insistió.

-Si, si, bueno -asintió el otro-. Ehem. Él es Athan, él Agustín y él no tengo ni idea -nos presentó.

-Anatoly -dijo el ruso.

-Eso mismo -concordó entonces-. Ya le he dicho a Thomas que un amigo me ha pedido que ustedes nos acompañen, pero no está de acuerdo. Hoy tenemos otro caso de lo más raro. Será mejor que vengan.

Triste por que no nos haya ofrecido comida, nos levantamos junto a los dos policías y nos subimos a su auto: un Ford clásico antiguo. No sabría decir el modelo, pero parecía caro.

Luego de manejar por no mucho tiempo, llegamos a un lugar en demolición, rodeado de cintas policiales y con un patrullero al lado.

-Bienvenidos a la escena del crimen -dijo Thomas.

-Aunque no lo parezca -dijo Hans- ésa cosa ayer era una tienda de ropa.

-Impresionante -dijo Anatoly.

Dark LightWhere stories live. Discover now