8 - Busca a los ladrones. Yo me quedo con éste

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Lisbeth y yo tuvimos la suerte de que el banco que nos tocaba vigilar tenía un negocio de electrodomésticos enfrente, por lo que podíamos ver las noticias en el televisor que habían dejado encendido en la vidriera.

Mientras esperamos, decidimos cenar en el café que había en la esquina. El café tenía un ambiente un poco oscuro, que le gustaba a las parejas de la zona. No tenía muchas mesas, pero la mayoría estaban ocupadas o reservadas. Las luces de neón amarillas, que las consideré como recuerso y arma, le daban una iluminación pálida, pero que tenía su hermosura.

Nos sentamos en una mesa ubicada al aire libre, la más cercana al banco. Yo pedí fideos con salsa bolognesa y mi hermana una cosa rara que tenía carne y un nombre más difícil de recordar que el de... bueno, ya saben a lo que me refiero.

Al hacer un escaneo rápido del lugar luego de terminar la cena, divisé a tres personas hablando amistosamente en la puerta de una casa y a un chico de mi edad con un celular en el que parecía estar leyendo, sentado en un banco que no tenía motivo para estar ahí. Pensé quién había puesto un banco cerca de ningún lado, pero llegó mi café y me di cuenta de que me había distraído.

A las 22, más o menos, el televisor del local de electrodomésticos cambió su noticia a una de último momento. El titular decía claramente que se estaba efectuando el robo de un banco. En letra chica, debajo, decía que la policía también esperaba llamadas de la empresa de seguridad privada Pro-TECH-tion, contratada para proteger a los otros tres bancos robados anteriormente de forma coordinada, para verificar si eran los mismos ladrones atacando de nuevo. El titular se mantuvo así durante un tiempo, pero las imágenes no mostraban nada interesante.

A eso de las 23 un grupo de cuatro personas en moto paró en frente del banco y entraron despreocupadamente. Como no había nadie, supuse que creyeron que no los veían. De hecho, el chico del celular pareció no notarlo. Como ya habíamos pagado, la agarré a mi hermana de la manga y la arrastré hacia el banco.

-Que pasó? -me preguntó susurrando.

-En serio no los viste? -le pregunté.

-Me estaba quedando dormida -respondió.

-Y es por eso que hoy era mejor tomar café, no té. Yo te avisé! -le recordé.

No respondió, y solo me siguió cuando entramos por la puerta del banco, que estaba abierta. ¿Acaso no habían redoblado la seguridad? ¿Qué sentido tenía que la puerta hubiera estado abierta? Guardé esas incógnitas para después y me concentré en seguir a los ladrones.

Los encontramos discutiendo en vos baja en una habitación adyacente. Entramos agachados, escondidos detrás de un escritorio. No tuve tiempo de preguntarme que sála en un banco tenía un escritorio, pero nos vino de perlas. Cuando nos asomamos a mirar y escuchar, me sorprendió ver a cinco personas. Estaba seguro que de las motos habían bajado cuatro. Se lo comenté aún más bajo de lo que los ladrones hablaban a mi hermana que, o bien no me escuchó, o decidió ignorarme y concentrarse en escuchar lo que los delincuentes decían.

-Has escuchado? -le dijo uno a otro, mientras se escuchaba un sonido extraño-. Han escapado los experimentos y capturaron a Grom!

Supuse que los experimentos éramos nosotros y Grom era el canoso que mandaba en la mansión. Pero no tenía sentido que alguien de ellos no lo supiera, excepto que lo hubieran mantenido en secreto. Mi hermana también entendió lo que decían, pero no se lo tomó con tanta calma.

-Las van a pagar -la tranquilicé cuando intentó lanzarse a por ellos-. Vamos juntos. A la de 3.

Con la mano, ella hizo una cuenta regresiva desde el tres. En cuanto su puño se cerró, los dos saltamos a por los ladrones. Pero alguien entró desde la puerta por la que habíamos venido y nos sorprendió por la izquierda. Retrocedimos, rodeados por nuestros enemigos. El recién llegado se lanzó a darle un puñetazo a mi hermana, pero ella lo esquivó y le pegó una patada en el estómago. El atacante retrocedió esta vez, sorprendido por la respuesta feroz de Lisbeth. Probablemente el atacante, que tenía mi altura y parecía hombre, había pensado que mi hermana, por ser mujer, era más débil. Aunque teníamos las caras tapadas mediante sombras bajo las capuchas, la figura de una mujer suele ser fácilmente reconocible frente a la de un hombre. Igualmente, esa maniobra fue un grave error de su parte.

Dark LightWhere stories live. Discover now