22 - Sólo hablando con Pérez el mosquito

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Athan: tenemos una pista. Nos vemos en el laboratorio.

Recién después de una larga semana, ese mensaje me alegró el día. Como dije, hacía una semana (ya era sábado) que no habíamos escuchado ni palabra de parte de Lab-TECH. Y, finalmente, Sombra tenía una pista.

Había sido una semana larga: Lisbeth se había engripado, los padres de Michelle y su hermano no paraban de querer hablar conmigo, Artemisa finalmente se había mudado con Nicole y, por último, había tenido tres evaluaciones. Nunca mi vida había sido más ajetreada.

Suspiré mientras recordaba todo. Estaba recostado en mi cama, observando el techo rosa de mi habitación. Sí, tenía un techo rosa, igual que las paredes. Era mi color preferido.

Tragué un poco de luz. Sí, raro, pro reconfortante. No tenía ni ganas de bajar a desayunar y eso funcionaba de la misma manera. Estaba aprendiendo a dominarlo.

De repente, una voz aguda me sobresaltó.

-Athan -dijo la voz, que venía de la nada-. Vengo a ayudar. En cuanto me veas, por favor, no me mates.

-Por qué te mataría? -pregunté.

Ni que matara a todos los que veía.

-Oh, estoy seguro de que me matarías -afirmó con confianza-. Así que, repito, por favor no me mates.

Era una petición de lo más extraña. Quién podría ser alguien que yo mataría ni bien verlo?

-Quién eres? Eres invisible? -pregunté.

Pero no era posible, porque debería persentirlo. Entonces me surgió la duda de si podría persentir a Nicole en estado de intangibilidad. Después lo averiguaría.

-No tengo nombre -dijo él (podría jurar que era hombre)-. Y no soy invisible. Sólo muy chiquito.

Una idea se formó en mi cabeza?

-No serás un caracol? -pregunté.

Quizás era uno de los caracoles convertidos en mutos, sólo que este era un mutantti.

-No -negó-. Soy un mosquito.

Un mosquito mutantti que resistía las frías temperaturas de Londres y podía hablar. Y pensar.

-Me has dicho que no tienes nombre -recordé.

-Ahora me pongo uno.

Estuvo un rato pensando.

-Me llamo Pérez -el mosquito se hizo presente saliendo detrás de mi mochila.

-Está todo bien, Athan? -preguntó mi hermana del otro lado de la puerta.

-Sí, lo típico -le respondí-. Sólo hablando con Pérez el mosquito.

Mi hermana entró con la escoba en la mano y cara sorprendida sin tocar la puerta. Muy desubicado de su parte. Me miró a la cara.

-Perdón -dijo.

Salió de la habitación y cerró la puerta. Luego la tocó.

-Pase -indiqué.

Mi hermana entró de nuevo a la habitación y vio al mosquito parado encima de mi panza.

-Ése es Pérez? -preguntó.

-Quién es Pérez? -preguntó Pérez.

Luego pareció darse cuenta.

-Ahhhh -dijo-. Cierto. Soy yo!

Vi la mirada de mi hermana, que ya lo quería estampar contra la pared.

-Qué es lo que quieres? -le pregunté al mosquito-. Por qué sabes mi nombre?

Dark LightWhere stories live. Discover now