Capítulo 15: El favor del viento: Madaom (Parte IV)

527 49 97
                                    


El corazón dio un último latido. Los nervios se crisparon. La respiración cesó por un instante. Pero en aquellos escasos segundos, el tiempo pareció detenerse para mí, como si mi mente intentarse por todos los medios posibles retener la cordura, antes de saltar al abismo. Alargando el tiempo de la calma, antes de que se desatará la tormenta. Me agarré de los cabellos. Ahogué el grito y cuando ya me sentía cayendo hacia ese vórtice maldito, algo me detuvo: la lógica. Yo era así, metódico, analítico y razonable; y era imposible que yo fuese lo que él decía.

«Un momento, los demonios no existen, lo más cercano a ellos son los psicópatas, y suponiendo que yo fuera uno, nunca he actuado conforme al perfil de uno... No soy un santo, pero no he cometido actos tan atroces, como matar. No me deleito en el dolor ajeno ni disfruto de las perversiones, en cambio este hombre, ¿quién es él? ¿Quién es Zoran? ¿Por qué he creído cada palabra suya? ¿Cómo saber si ellos dos no han confabulado con Siri para obtener algún beneficio? ¿Por qué tendría que confiar en una mujer que escondió tantos secretos? Además, ¿por qué querría él ayudar a quién le ha encerrado? Rohan por el contrario, parecía más sensato...Quizás estas marcas son una maldición de Siri... »

—Galael —dijo el hombre con su mano sobre mi hombro. No le miré, esta vez no fue por miedo, sino para ocultar mis intenciones, debía obtener la información para salir de aquél lugar—. Tranquilícese. Ni usted es un demonio ni yo. Sólo somos lo que debemos ser, sin tener que encajar en lo que nos han dicho. No le niego que existen seres despiadados, pero hay humanos más crueles que aquellos que se dicen están malditos como usted o como yo —El cielo tronó con más fuerza—Ya no queda tiempo. Sígame.

—¡No! —exclamé, mis nervios me traicionaron, me separé de él y me recargué en un árbol—. Lo que tenga que decir dígalo aquí... Estoy agotado —mentí. Miré hacia el horizonte esperaría que Rohan llegase, con el temperamento de ambos, estaba seguro combatirían, aprovecharía el caos para huir—. ¿Por qué quiere ayudarla? ¿Acaso ustedes fueron algo? Puede confesarlo... Siri es una mujer encantadora, estoy seguro que hasta un Rey caería en sus encantos, más entendible sería un príncipe.

—No confunda las cosas. Ella salvó al hombre que amé, entre nosotros no hubo nada —Su confesión me tomó por sorpresa, él no parecía ser ese tipo de hombres. Él sonrió con un deje de amargura—. Esa mirada... ¡Vaya!¡Vaya! Creí que usted era distinto por venir de una época distinta a la mía, pero veo que algunos ideas erradas pueden permanecer como una maldición. Estoy decepcionado caballero, le creía más inteligente; pero es usted como mi hermano.

—Sólo estoy sorprendido —justifiqué y miré de nueva cuenta hacia el otro extremo del panorama—. Discúlpeme... Pensé que usted y Siri tuvieron algo. Sabe, desde que la conocí ha poseído un aire enigmático que me embaucó —expliqué, buscaba ganar más tiempo —. Le prometí que la salvaría de aquello que la atormentaba. Le dije que quería saber todo de ella, pero que fácil es hacer promesas cuando se está enamorado, se ignora completamente la dificultad que hay en cumplirlas, uno no tiene idea de la clase de demonios que habitan en los abismos ajenos... Me creí capaz de lidiar con sus miedos, pero soy incapaz de controlar los míos...

Miré al cielo y la emoción que me poseía no era falsa: estaba triste. Me dolía no cumplir mis promesas. Busque en los astros alguna señal de que aquello era lo correcto, un mínimo consuelo para tomar fuerza y seguir, pero lo único que tenía era yo. No había un dios ni seres celestiales para auxiliarme, por paradójico que fuera, podía creer en demonios y monstruos pero no en milagros. El mal siempre daba señas de su existencia, sin discriminación alguna; en cambio el "ser superior" era más como un simple observador.

«Esta bien Galael, puedes retractarte. Es lógico dejar de amar a un ser como Siri, nadie va a reprocharte, nadie va a juzgarte, por el contrario, dirán que hiciste lo correcto, por primera vez en tu vida lo haces, estas negando el auxilio a esta mujer capaz de... ¿de qué es capaz Siri? No... no es tiempo de dudas... No... Puedes hacerlo, y lo harás»

La Bruja del OlvidoWhere stories live. Discover now