El chico equivocado© [COMPLETA]

Tras pasar la primera impresión...

... me invadió una desolación asfixiante y cada célula de mi cuerpo me reclamaba salir corriendo de allí. Para empeorar la situación, el recuerdo de la fiesta de Giselle llegó como una bala a mi mente y me sentí como la más grande estúpida del planeta. ¿Cómo había sido tan ingenua de tomar aquel beso como algo insignificante?

Me di la vuelta procurando no llamar la atención. No quería estar allí, no quería, no quería...

—¡Maggie! —gritó Eveline a mis espaldas. Cerré los ojos, maldiciendo. Deseaba que me tragara la tierra y llevara directo al infierno antes que enfrentarlos, pero ya me habían visto, no podía ignorarlos. Así que cogí fuerzas y me volteé. 

Caminé hacia ellos manteniendo los ojos todo el tiempo en el suelo. Éramos los únicos en el piso, un simple alfiler resonaría por todos los rincones, había tanto silencio que los cimientos de mi mundo derrumbándose en mi interior estaban aturdiendo mi mente.

Eveline tenía una sonrisa tonta en su cara, miraba a Jason de reojo y se cubría la boca como si los hubiera pillado haciendo algo indebido. Me atreví a posar mis ojos apenas un segundo en Jason, lo suficiente para ver que había soltado a Eveline y que mi presencia lo incomodaba.

—Perdón, no quería interrumpir —murmuré, tras conseguir que saliera mi voz.

—No interrumpes —se apresuró a decir Eveline. Sus mejillas estaban tan rosadas como las mías y se mordía los labios intentando no partirse de la risa. Estaba tan avergonzada como yo, solo que por motivos distintos.

—Mejor las dejó solas —anunció Jason.

—No hace falta que te vayas —hablé, esta vez clavando mi mirada en él con una fiereza tan grande que fue imposible que no notara.

Una furia muy grande comenzó a gestarse en mi interior. Me sentía engañada, que habían jugado conmigo una vez más, que todos se me burlaban y faltaba poco para que saliera Michelle a mofarse de mí por haber sido tan tonta y crédula.

Jason estaba inquieto, parecía querer huir de esa situación. No soportó mantenerme la mirada y la desvió a otra parte.

—Yo... voy a buscar a los chicos —farfulló, dirigiéndose a Eveline. Ésta se colgó de su cuello y le estampó un gran beso en los labios. Giré la cabeza hacia otro lado para evitar la escena.

Finalmente Eve lo soltó y él se fue casi corriendo. Apenas desapareció de nuestras vistas, Eveline soltó un chillido y agitó las manos emocionada.

—Tengo mucho que contarte.

—Eso veo.

Pero no en ese momento, estaba demasiado turbada como para mantener la compostura delante de ella. Así que le metí una excusa y quedamos en vernos en el primer recreo. Me fui disparando hacia el baño antes de que se llenara de chicas y me escondí en un cubículo a permitir que unas cuantas lágrimas saladas corrieran por mis mejillas.