La temporada de lluvias pasó...

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... abriendo paso a nuevos días soleados con temperaturas máximas de veinticinco grados, suficiente para animar a las personas a pasar más tiempo fuera. Estos cambios bruscos del clima eran productores de terribles epidemias de gripes y resfríos que azotaban a a casi toda la población. Excepto a mí, mi sistema inmunológico era de piedra gracias a la infinita variedad de infusiones herbales que Anabelle me suministraba durante todo el invierno. Además, con la última gripe estaba tendría anticuerpos para rato. Así que, a pesar de la fiesta viral revoloteando en el aire, yo me sentía en mi salsa. Era el clima perfecto, no hacía ni mucho frío ni tampoco calor, podía llevar ropa ligera y con una chaqueta estaba bien.

Aprovechando uno de esos resplandecientes días de la semana, durante el receso de las clases salí al patio y me senté en una de las mesas de piedra, apartada del bullicio. Llevaba conmigo el cuaderno de matemática que utilizaba como borrador, debía terminar unos complicados ejercicios que el profesor nos había dado de tarea y recién iba por la mitad.

Saqué mi walkman del bolso y me coloqué los audífonos para escuchar música. En eso vislumbré del otro lado del patio a Jason caminando con Nick. A su lado los acompañaba Camila. Encontrarla con ellos me llamó la atención, en especial porque parecía tratar a Nick con mucha confianza.

De pronto se me vino a la cabeza la pelea que habíamos tenido y me sentí mal. Desde entonces que no hablábamos y eso no me agradaba, siempre que tenía algo que contar ella era la primer persona en aparecer en mi cabeza después de Eveline, y definitivamente no podía contarle a Eveline lo que me estaba pasando con Jason. Pero al recordar los motivos por los que me había molestado, volvía a cabrearme.

Como si la hubiera llamado con la mente, Camila dirigió sus ojos hacia mí. Por un momento se quedó estancada en el lugar sin saber cómo reaccionar. Finalmente esbozó una leve sonrisa. Bajé la guardia y le correspondí.

Entonces Jason giró la cabeza y también me vio. Mi sonrisa se esfumó y bajé la mirada colocándola en las ecuaciones de mi cuaderno.

Cuando volví a levantarla con disimulo, el castaño tenía una expresión de molestia en su rostro. 

Cerré mi cuaderno de un golpe, lo guardé en mi bolso y volví a entrar. Necesitaba ir a un lugar donde pudiera concentrarme.

No había vuelto a hablar con Jason desde la última desagradable discusión que habíamos tenido en la fiesta de cumpleaños de Eveline. Y no había sido mejor. Me habían quedado guardadas muchas cosas por decirle. Pero ya no tenía sentido, él había sido muy claro: Eveline le interesaba y eso no iba a cambiar. ¿Quería que cambiara? No podía contestar con seguridad esa pregunta, pero de algo estaba convencida y era que quería lo mejor para Eveline, y si ella era feliz con Jason lo único que pedía era que él le correspondiera de la misma forma.

Hice el resto del receso en la sala del arbolito, un salón que antiguamente utilizábamos para las clases de música y teatro. A veces nos reuníamos allí con el grupo del Centro Estudiantil.

Estaba complicada con una cuenta, cuando la puerta se abrió y apareció Camila.

—Hola. —Se acercó con cautela.

—Hola —respondí, mirándola con atención. Me encontraba tranquila, lo último que quería era pelear, ya había tenido suficientes discusiones por esa semana.

—Imaginé que estabas aquí. ¿Puedes con eso? —preguntó sentándose delante de mí.

—Está algo difí...

—Lo siento —soltó, interrumpiéndome—. Lamento todo lo que ocurrió, nunca debí presionarte para que me contaras lo de Jason y además debí decirte lo que estaba ocurriendo con Eveline en ese mismo momento. Es que... No pude...

El chico equivocado© [COMPLETA]Where stories live. Discover now