Capítulo 32

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Sentí que alguien me movía, abrí los ojos lentamente y era la señora que cocinaba, Rose.
Tn: oh, me he quedado dormida.- ¡no! ¿en serio? Tallé mis ojos y me recargue en la almohada, la señora me sonrió de una forma tierna.
Rose: no se preocupe, el joven la está esperando en el comedor así que es mejor que no lo haga esperar.- ella se quedó quieta a mi lado, era una señora de con cabello blanco y ahora que la miraba detenidamente tenía un ligero parecido a Mario, se le formaban pequeños hoyuelos al sonreír y sus ojos de igual manera eran muy profundos y hermosos.
Tn: ¿cree que pueda traerme la cena aquí? O ¿puedo cenar con usted en la cocina?- ella negó rápidamente.
Rose: no, creame que no es una buena idea hacer eso.- me tomó del brazo suavemente haciendo que me pudiera de pie.- el joven no es muy paciente así que le recomiendo que vaya ahora mismo además de que también yo saldré perjudicada sí usted no baja al comedor con él.- prácticamente me imploraba que bajará así que accedí, me temblaban las piernas y no quería comer junto a él.
Rose: joven, la señorita ya está aquí.- él estaba en la inicial del comedor con la mirada baja.
Mario: puedes retirarte.- su tono era indiferente y molesto, la señora se retiró rápidamente cerrando la puerta detrás de ella.- sientate.- me senté a lado de él, frente a mí estaba servido un delicioso trozo de pastel con un vaso de leche con chocolate, también había pan tostado con mermelada, mi estómago quería comerse todo lo que estaba sobre la mesa.
Tn: Woah...- exclamé en voz alta, comencé a comerme el pastel mientras exclamaba lo delicioso que estaba, aún así me sentía incómoda por estar con él, horas antes lo había atacado y por alguna extraña razón sentí que fui una maldita y que lo había lastimado.
Mario: a la próxima trata de no tardar demasiado en venir, cuándo Rose te diga que la comida está lista debes bajar inmediatamente.- ahora él me estaba pateando el trasero con sus palabras rudas.
Tn: Es que yo no soy un perro al cuál le silbas y viene corriendo a ti.- él suspiro y se levanto.
Mario: yo no te pregunte sí lo eras o no, haces lo que te digo y listo.- salió del comedor dejándome sola en la mesa.

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