Capítulo 62

9.9K 486 5
                                    

Mario ya se había ido hace un rato y yo estaba terminando de peinarme, mi día había iniciado bien por lo tanto estaba inspirada para ir a sentarme frente al piano por primera vez, até mi cabello en una coleta y camine por el pasillo hasta llegar a las escaleras que me llevarían al salón.
Todo estaba tal y cómo lo había dejado hace unos días solo que ahora la puerta no rechinaba y era de un color negro brillante, me senté en la silla acolchonada y toque la primera tecla de aquel piano marrón.
Recuerdo que mi abuelita me enseñó a tocar algunas melodías cuándo era pequeña y tienen un significado muy especial para mí, por un momento pensé que se me habían olvidado pero eso no fue así, mis manos me guiaron a cada tecla haciéndome disfrutar del suave sonido de esa melodía, al principio los sonidos me hicieron recordar pero después estos cambiaron formando algo que amaba pero que sentía lo mucho que me atacaba, era lindo pero destructivo a la vez
Cerré mis ojos mientras escuchaba lo que estaba creando en ese momento, mis oídos amaban escucharlo.
Sentí el tacto frío de una persona en mis hombros y di un pequeño brinco sobre la silla, me giré rápidamente y Mario se encontraba parado frente a mí.
Mario: no quería asustarte, lo siento.- hizo una mueca y luego me miro apenado.
Tn: pensé que ya te habías ido.- él asintió y después se sentó en un pequeño sofá desgastado el cual aún no han tirado.
Mario: lo hice, pero fue un trámite rápido así que estoy aquí, escuche un poco de lo que tocaste pero me gustaría volver a escucharla ¿crees que se pueda?
Tn: lo que sucede es que no fue algo que yo tenía grabado, en realidad no sé cómo eso salió.- Mario asintió y estuve agradecida por entenderlo, se levantó del sofá y camino lentamente hacia mí, retrocedí un poco pero choque con la fría pared.
Mario: ¿tienes miedo?- me quedé callada y solo trague saliva, él coloco sus manos a cada lado de mi cintura y se acerco lo suficiente cómo para sentir su respiración chocar con mis labios.
De un movimiento rápido paso uno de sus brazos por mi espalda para apegarme más a él y así poder unir sus labios a los míos, estaba apuntó de separarlo pero recordé la promesa.

Me PertenecesWhere stories live. Discover now