Capítulo 142

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Nos habíamos detenido en un restaurante que habíamos visto en el camino, estar sentada en el auto durante 6 horas era completamente estresante y aburrido. Aún no sabía que era lo que le ocurría a Mario y su seriedad de verdad me ponía a pensar demasiadas cosas. Me senté en una de las mesas vacías que había en el lugar, se veía que no era un restaurante muy visitado ya que no había nada de gente a excepción de una pareja de ancianos que solo se miraban entre sí, su fachada era antigua pero tenía un aroma encantador. Mario se encontraba pidiendo la comida en el mostrador, baje la mirada a mis manos y comencé a jugar con ellas. Sentí cómo la silla en la que me encontraba se movió bruscamente debido a la manera en la que se sentó Mario, sacó su celular y comenzó a teclear no sé que cosas en el. Me sentía tan impotente de no saber que demonios le ocurría, estar a su lado me hacia sentir completamente incómoda y quería huir. La señora colocó frente a nosotros una charola con pollo crujiente, limonadas y frente a mí un plato de ensalada.
Mario: pedí eso para ti ya que no estabas comiendo bien últimamente.- eso fue lo único que escuche por parte de él, ambos nos dispusimos a comer sin decir palabra alguna. Mi corazón se sentía herido y un nudo en mi garganta se había formado, me sentía demasiado sensible y no sé si es a causa del embarazo o porqué de verdad me estaba afectando la idea de que no haya sido buena en la cama. Lancé un suspiro tratando de usurpar el sentimiento traicionero de querer llorar pero no pareció salir del todo bien.
Mario: ¿qué tienes? ¿Te sientes mal?- negué levemente mientras movía la ensalada de un lado a otro.- ¿entonces?- tomó mi mentón y me obligó a verlo, probablemente mis ojos estaban llenos de esa agua salada porqué inmediatamente me abrazo, lo cual fue raro ya que no suele dar pruebas de afecto en público.- ¿me dirás que te sucede? Me estás asustando.
Tn: ¿qué hice mal?- fue lo único que pude decir antes de que mi voz se rompiera, él me miró por unos segundos y fruncio el ceño.
Mario: ¿de qué hablas?- pegué mi cabeza a la pared y lo miré, él tenía cara de no entender lo que estaba sucediendo.

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