Capítulo 109

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Terminé de cepillarme mi cabello y decidí bajar a desayunar, ayer por la noche me cansé de insistirle pero claramente no me daría por vencida, tenía mucha ilusión de volver a México y poder ir a ver la casa en dónde mi abuela y yo solíamos vivir, quizás algunas personas habitaron en ella o algunos mal vivientes la destrozaron, también quería tomar algunas cosas que eran de valor para mí.
Rose: el joven está en su despacho, dijo que hoy iba a desayunar ahí.- asentí levemente, se me estaba ocurriendo una idea así que tendría que ponerla en práctica ahora que se presentó la oportunidad.
Tn: veo que tu no haz desayunado nada, tu boca está muy blanca así que ¿qué te parece sí yo le llevó el desayuno a Mario?- ella dudó un poco, él le había puesto algunas reglas a Rose respecto a las labores que yo comenzaba a hacer, supuestamente tenía que estar en reposo.- es que tengo que hablar unas cosas con él por lo tanto ya que voy para allá puedo llevarle de pasada su desayuno.- ella asintió y me entregó la charola en dónde se encontraba fruta picada, pan tostado y café negro.
Entre sin aviso alguno logrando que su mirada se centrará en mí, fruncio el ceño y regresó su mirada a su computador.
Tn: Rose tenía que ir al baño así que me pidió de favor que te trajera el desayuno.- quité unos libros que se encontraban en el escritorio para después colocar lo que había en la charola.- ¿qué es lo que haces?- me coloque detrás de su silla movediza y fingí interés en oraciones escritas en inglés que por cierto, no entendía.
Mario: no me distraígas, por favor.- dicho esto me quité de ahí y me senté en la silla que se encontraba frente a su escritorio, no me iría de aquí hasta conseguir la respuesta que tanto anheló. Él enseguida comenzó a comer lo que Rose le había preparado, su atención estaba puesta en aquella computadora y sus ojos jamás volteaban a verme, lancé un suspiro para después comenzar a darme vueltas en la silla movediza mientras movía mis pies y miraba el techo.
Mario: de acuerdo ¿qué es lo que quieres?- me detuve para poder verlo, había cerrado su laptop y ahora me miraba con ambas manos bajo su barbilla, me quedé quieta admirando su postura.

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