Capítulo 129

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El taxi se detuvo frente a la casa y Mario le entregó el dinero rápidamente diciéndole que se quedará con el cambio, estaba desesperado por salir del auto pero no así soltaba mi mano, quizás tenía miedo de que yo saliera corriendo en cualquier oportunidad pero creo que eso jamás paso por mi mente, estaba muy confundida, Peter me había parecido un chico bastante agradable cuándo lo conocí pero ahora creo que estoy conociendo su otra faceta, una completamente aterradora.
Entramos a la casa y me soltó rápidamente, eran numerosas las veces en las que maldecía y apretaba la orilla del sofá, fui a la cocina para tomar un vaso y vaciar un poco de agua, quizás esto le ayude a relajarse un poco.
Tn: te he traído un poco de agua, bebela, puede que te ayude a relajar un poco.- él tomó el vaso y lo observó por unos segundos, su coraje era demasiado que lo lanzó contra la pared haciendo que los cristales de este se esparcieran por el suelo y el agua quedará derramada, mi corazón estaba muy alterado y es que jamás lo había mirado de esta manera.
Mario: ¡Maldita sea, mataré a ese hijo de puta!- tomó un florero que estaba sobre la mesita de centro para después lanzarlo contra la pared logrando que este quedará destrozado, tenía miedo de que por alguna exaltación mi vientre comenzará a sufrir de contracciones, sin embargo, parecía estar bien.
Tn: ¡Ya basta!- dije en un impulso, era mayor el miedo que dije lo primero que paso por mi mente, estaba destruyendo absolutamente todo lo que estaba a su alcance.- deja de comportarte de esa manera tan estúpida.- por lo visto mi comentario lo molestó más ya que me arrinconó en la pared mientras sus ojos me devoraban, su mirada parecía que lanzaba mil cuchillos y todos daban en el blanco, quería calmarlo pero veo que atacarlo de la misma manera en la que él lo hace no era una buena idea.- por favor, calmate.- le dije en susurro, su puño golpeó la pared a mi costado haciendo que me estremeciera un poco y que sus nudillos se abrieran, coloqué mis manos a cada lado de su rostro para después darle pequeños masajes en sus mejillas.
Mario: estoy frustrado, siento que me quemó por dentro.

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