Capítulo 198

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La casa era un desastre ahora mismo, las costas estaban tiradas por doquier y él estaba encerrado en su oficina, me encontraba sentada ahora mismo en la cama mientras jugaba con mis dedos, sentía un vacío y un dolor horrendo en el pecho...ni siquiera podía describirlo, me regalo su última sonrisa y él ni siquiera lo sabía...Nadie lo sabía. Mis ojos ya estaban muy hinchados y cansados de tanto llorar, estaba sola ahora, ambos necesitábamos un abrazo pero ninguno era capaz de darlo, aunque yo muriera de ganas por abrazarlo y decirle que no estaba solo, su mundo se había derrumbado y no lo juzgo porqué Math era mi mejor amigo, el que siempre estuvo conmigo en todo momento. Me coloque en el balcón mientras miraba el cielo, mi abuela me decía que las estrellas son las personas que han muerto y que han brillado aún en la eternidad...pero ¿cual de todas era Math?, quería despertar y que todo haya sido una terrible pesadilla, salir corriendo a la sala y verlo a él comiendo frituras mientras ve caricaturas y me recibe con una sonrisa, pero eso no será así y me cuesta tanto querer darme cuenta.
La puerta se abrió sacándome de mis pensamientos, me gire a verlo pero él ni siquiera hizo el intento por mirarme.
Tn: Mario...- susurré, el suspiro frustrado y dejo caer su cabeza en el respaldo del sofá.- te necesito y sé que tú me necesitas a mí...
Mario: ¿quien dijo que yo te necesitaba?- sus palabras soltaban dolor y sé que no era lo que quería de decir, su cara decía arrepentimiento, sin embargo, no podía enmendarlo.- mi mejor amigo se fue así que ahora ya no tengo nada.- sentí la presión de dolor en el pecho pero no era momento para yo sentirme mal, él me necesitaba más, me senté en la mesita que se encontraba frente al sofá y tome una de sus manos, estaba fría y tenia pequeños cortes en los nudillos.
Tn: no te diré que tengas ánimos porque sinceramente ni yo los tengo, tengo mucho miedo...- suspire, tenía el sonido de las detonaciones aún en mi cabeza, sentía que se repetían cada maldito segundo, la imagen de Math muriendo lentamente y al final recibir la muerte inmediata me atormentaba y me llenaba de temor, de tristeza.- no estás solo, me tienes a mí y aquí voy a estar hasta que tú me pidas que me vaya, de eso puedes estar seguro.
Mario: he pensado mejor las cosas durante el tiempo en el que estaba en la oficina.- lanzó un suspiro y separo su mano de la mía con dureza.- es mejor que terminemos lo nuestro.
Tn: ¿qué? ¿Hablas en serio?- y sí necesitaba algo más para derrumbarme pues aquí está, lo mire con lágrimas inundando mis ojos, tratando de descifrar sí lo que decía era lo que deseaba pero no había ninguna expresión en ellos.
Mario: estoy hablando muy en serio, necesito tiempo para pensar y para resolver algunos asuntos, querías libertad ¿no? Bueno ahora te la estoy dando sin pedirte nada a cambio, toma tus cosas y puedes irte cuándo gustes...intenta que sea lo más rápido posible.- se levanto del sofá y tome su mano nuevamente implorando para que no se fuera.
Tn: yo te amo...- me estaba humillando pero sinceramente eso ahora no me importaba en lo más mínimo, quería estar con él y no aceptaba la idea de que él no lo quisiera así.- ¿ya no...me amas?- pregunte con miedo, miedo a que me diga que ya no y entonces ahí sí no tendré nada más que hacer.
Mario: en serio preguntas eso después de que te dije que te fueras?- burló.- crees que sí te amara, te dejaría ir? Creo que ahí está la respuesta que esperabas.
Tn: estás siendo muy cruel conmigo...¿no te das cuenta que también te necesito y que eres todo lo que tengo en el maldito mundo?- quería gritarle y reclamarle el porqué de su decisión tan repentina, el pecho me dolía y mi garganta parecía tener alfileres.- ¿no te das cuenta que no eres el único que sufre?
Mario: ya te dije lo que tenía que decirte así que sí me disculpas.- se soltó de mi mano bruscamente y camino fuera de la habitación, me quede esperando por unos segundos que volviera y me dijera que mentía, que de verdad me ama...me eso no fue así, pude sentir el vacío que tanto temí sentir cuándo era una adolescente, me levante de aquella mesita y camine hasta el closet en dónde elegí un cambio de ropa mucho más cómodo, este era un conjunto deportivo así que me ayudaría también con el frío que hace, tome un poco de dinero que había guardado, no me llevaría absolutamente nada de lo que había aquí ya que todo lo compró él y no quiero llevarme nada de eso. Me senté al borde de la cama, destruida y sin esperanza de algo bueno...cerré los ojos lo suficientemente fuerte para sentir que los párpados me ardían, me deje caer en la cama cubriendo mi rostro con una de las almohadas y grite lo más fuerte que pude mientras sentía cómo mi garganta se dañaba debido a la intensidad del grito, las lágrimas parecían no tener fin y salían, no podía más. Me quede dormida.

Eran las 5:00am y yo no logre conciliar el sueño después de haber revivido en mis sueños lo que sucedió, me senté al borde de la cama sintiendo los rayos del sol chocando contra mi cara suavemente avisandome que era momento de tomar una decisión, pero cual sea, ambas incluyen irme de aquí. Entre al baño y me mire en el espejo que ahora se encontraba roto, las ojeras se habían profundizado aún más y alrededor de mis ojos estaba irritado. Me lave los dientes y me até el cabello para que resultará un poco más cómodo, ya lista para salir, tome la cadena que Mario me había regalado hace tiempo con una piedra hermosa y lo guarde en mi bolsillo. Salí de la habitación y comencé a bajar las escaleras, él se encontraba sentado en el sofá con un vaso en la mano.
Tn: yo...ya me voy.- me dolía tanto decir eso y desde que desperté estuve planeando cómo decirlo, no quería hacerlo.- deje todas las cosas que me compraste en el armario.
Mario: llevatelas, no dejes nada tuyo aquí.- su voz era tan fría y dura, no merecía este trato de su parte, estaba destruida por dentro y él ni siquiera piensa en eso.
Tn: no las quiero, puedes quedartelas, puedes dárselas a una de tus futuras mujeres o puedes darlas a los más necesitados.- suspire, había vidrios rotos frente a él, me incliné un poco para levantarlos y sentí su fuerte agarre en mi antebrazo.- oye, me lastimas...
Mario: ¿que parte de quiero que te vayas no puedes entender?- lo mire atemorizada, tome su cara entre mis manos y sin más, deje un beso en sus labios, por unos momentos lo sentí correspondido pero eso cambio rápidamente, me empujo haciendo que me separara de él y solo suspiro.
Mario: ya no siento nada con tus besos.- susurro.- ya no te amo y no te necesito, así que puedes irte.- me había dolido lo que me dijo y creo que esa fue una razón suficiente para irme, él me soltó el brazo...entonces ahí entendí todo, comencé a caminar hasta la puerta pero él no me detuvo, ni siquiera sabe a dónde iré así que eso dice mucho de lo que siente. Mire por última vez hasta dónde él se encontraba, se había sentado y bebía el líquido de aquel vaso sin mirarme.
Salí de la casa y afortunadamente me encontré con uno de sus hombres y con el que mejor me he llevado, su nombre era Luis, me acerque con pena a él y este me sonrió.
Tn: hola...¿crees que puedas llevarme a algún hotel?- él fruncio el ceño.- por favor, él me dejo ir y te estoy pidiendo tu ayuda, necesito un lugar en dónde quedarme hasta que vea a Math, después de eso me iré, lo prometo.
Luis: está bien señorita pero no dejaré que se quede en un hotel, la llevaré a una casa que compre aquí cerca y no le cobrare nada, últimamente no me quedo ahí así que usted puede ocuparla el tiempo necesario.- asentí levemente, el chico camino hasta la camioneta negra y me dijo que subiera. El camino fue tranquilo, estaban cayendo pequeñas gotas de lluvia y estaba un poco frío. Llegamos a la casa, Luis me mostró cada habitación y me dijo que la despensa estaba llena por sí tenia hambre, también que había agua caliente y mucho café. Después de eso se retiro, no sin antes darme su número por si se me ofrecía algo estando aquí.

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