CAPÍTULO 25

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POV Natalia

Un poco de fiesta entre todo el drama nos estaba sentando bien. Noemí no parecía tan cansada como me preocupaba que estuviese, y yo había conseguido relajarme entre los chicos.

Todo parecía volver a la normalidad, aunque en esa normalidad ahora hubiesen más personas.

— ¿Quieres que te la coja? — Pregunté sentándome en el hueco libre del sofá.

— No, estamos bien.

Aparté con cuidado las ondas doradas de la cara de la bella durmiente, aprovechando para sacarle el pulgar de la boca y acariciar su mejilla. Yo solía ser su almohada, pero que me hubiesen tenido tan ocupada entre todos le dió la excusa perfecta para reemplazarme por el pecho de Alba.

No la culpaba, los masajes de la rubia debían ser considerados el octavo pecado capital.

— ¿Qué haces?

Me miró con una sonrisa llena de incredulidad cuando saqué el teléfono de mi bolsillo para hacerles una foto.

— Yo no soy fotógrafa, pero también sabía captar momentos bonitos. — Presumí enseñándole la foto —. Mira qué monas me habéis quedado.

— Monísimas. — Me dió la razón —. Ya me la pasarás.

— Cuando tú me pases las mías. Por ahora son propiedad de Eilan Bay, podrás encontrarla en mi perfil.

— ¿La vas a subir? — Abrió los ojos de par en par.

— No lo dudes, estoy deseando ver la reacción de tu hermana.

Me reí cuando ella se puso colorada.

— Claro que sí, tú dale alas.

— Es graciosa. — La defendí —. Además, ahora no para de enviarse cosas con Elena. Están las dos entretenidísimas.

— Me lo ha contado, qué bochorno.

Se tapó los ojos con la mano y no quise seguir incomodándola. Había estado toda la comida con dolor de barriga, se merecía el descanso.

— ¿Quieres que te traiga algo? No has comido mucho, y eso que era sopa.

Sonrió colocando una de sus manos en mi pierna y yo enseguida moví la mía para que se encontraran.

— No suelo comer mucho cuando estoy con la regla.

— ¿Ni helado? En la parte vegana de la carta he visto que tienen sin lactosa.

— ¿Has mirado la parte vegana de la carta?

Fue mi turno de abochornarme cuando me miró como si hubiese hecho el helado con mis propias manos.

— ¡Tenía curiosidad! — Justifiqué quitándole importancia —. Por cierto, he hablado con tu padre de lo del calendario y me ha dicho que mañana enviará un comunicado a los padres para que nos den la aprobación.

— ¿Cuándo has hablado con él? — Se extrañó.

— Ahora, mientras que Aitana y Miriam me hacían estas trenzas. — Señale el estropicio que todavía no me había atrevido a mirar —. ¿A qué estoy guapa?

Alba rió deshaciendo el agarre de nuestras manos para poder colocar unos cuantos mechones detrás de mi oreja.

— Tú siempre estás guapa, Nat. — Afirmó con encanto —. Pero quizás no estás para irte a los grammy ahora mismo.

— ¡Mecachis! — Chasqueé la lengua —. Y yo que pensaba pedirle así matrimonio a Billie.

Sus carcajadas hicieron que Marilia arrugara la nariz y aproveché que estaba medio girada para acariciar su espalda.

Come Out And PlayWhere stories live. Discover now