CAPÍTULO 30

23K 706 688
                                    

POV Alba

— Te echo mucho de menos.

Sonreí al escuchar cómo se suavizaba su voz al otro lado de la línea.

— Y yo a ti.

— No sabes lo que me gustaría que estuvieses aquí, en Madrid, al menos.

No quería decirlo mucho en alto porque me sentía la peor persona del universo, pero una parte de mí también querría estar allí ahora mismo.

Obviamente estaba feliz de estar en casa, extrañaba un montón los abrazos de mi madre y ver pelis con la atolondrada de mi hermana, pero ahora gran parte de mi vida estaba en otro sitio y - en algunos momentos, no todos - me sentía un poco fuera de lugar.

— A mí también, cariño. Pero bueno, piensa que esto es como recordar viejos tiempos... Tú y yo pasándonos el día charlando por el móvil.

Aunque ya no habláramos tanto. Aunque ya no corriese para contestar sus mensajes.

Era la peor novia del planeta.

— Prefiero los nuevos tiempos. Tú y yo... Abrazaditos en mi cama...

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, provocando que dejase de garabatear en el cuaderno que tenía sobre las piernas.

— ¿Así que abrazaditos, eh?

— Sí... Y lo que tú quisieras, princesa.

Me mordí el labio.

— ¿Y qué es lo que tú quieres, Carlos?

Aquella pregunta era tan poco propia de mí, que ni siquiera sonó con mi voz en mi cabeza. Definitivamente no sonaba ni la mitad de patética en mi mente, pero lo estaba intentando.

— Yo quiero lo que tú quieras.

— Mmm... ¿Y qué crees que es lo que yo quiero?

Unas cuantas contestaciones más tarde mi ritmo cardíaco había comenzado a acelerarse, su tono cada vez era más ronco y la temperatura de la habitación había comenzado a subir.

La puerta. No había echado el pestillo a la puerta.

Seguí hablando con él mientras dejaba el cuaderno a un lado de la cama y me levantaba a cerrarla. Marina había aprovechado para salir a dar una vuelta con su novio y mi madre se había quedado dormida en el salón, pero prefería no arriesgarme a vivir una situación incómoda.

— Alba... Quizás deberíamos parar esto antes de que...

— Shhh... — Chisté volviendo a acomodarme entre los almohadones —. Tú solo déjate llevar, no pares de hablar.

— ¿Estás segura? Mira que nosotros no necesitamos esto.

Yo sí lo necesitaba. Necesitaba volver a sentir aquello o el recuerdo me iba a acabar consumiendo.

— Carlos, te quiero. — Contesté con certeza —. Y estoy segura, muy segura.

Quería que todo sirviera para algo. Quería hacerlo por él, quería hacerlo por mí, quería hacerlo por nosotros... Pero cuando llegó la hora, no pude.

Bufé frustrada, tapándome la cara con el brazo. Incluso me había asegurado de poner la misma canción y con tan solo escucharla me encendía más que una cerilla, pero aún así no fue suficiente.

Me quería matar.

— Eso ha sido... Uau, Princesa...

Me quedé en silencio esperando que su respiración se calmara.

Come Out And PlayWhere stories live. Discover now