CAPÍTULO 47

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POV Alba

Llegaba tarde.

Llegaba terriblemente tarde por quedarme hasta las tantas pegada al ordenador. Me dolían los ojos de lo rojos que los tenía y había necesitado una café doble para espabilarme. Yo antes disfrutaba de mis horas de sueño, de la paz y la tranquilidad. Estaba claro que ya no.

Iba tan acelerada hacia la clase, que apenas me paré a saludar a Paul y por poco me como a tres personas en el pasillo. Sinceramente, esperaba encontrarme con el peor de los caos al llegar, así que ver al grupo entero de niños tan entretenidos me hizo parar en seco.

No. Me hizo parar en seco el motivo de su entretenimiento.

Los pantalones de talle alto dejaban ver los calcetines que se asomaban por encima de sus botas militares, la camiseta blanca de tirantes anchos era lo único que rompía con la cromática negra, y el recogido de su melena dejaba toda nuca al descubierto. Tardaron en verme, pero en cuanto los más pequeños gritaron mi nombre, me encontré de lleno con esos ojos felinos enmarcados por largas pestañas.

La veía bien, parecía bien. Estaba preciosa. Como siempre.

Esperó junto a la puerta a que acabara de saludar a los pequeños y les diese las indicaciones de los calentamientos, manteniéndose al margen, hasta que me acerqué y sus labios granates se curvaron en una sonrisa.

- Hola, Albi.

Inhalé con fuerza porque de verdad que había extrañado mucho el sonido de su voz, o simplemente verla más allá de en sus publicaciones de Instagram.

- Hola, Nat.

Metí las manos en los bolsillos de mi chándal, usándolo como contención para no acabar estrujándola entre mis brazos.

- No sabía que ibas a venir al principio de la clase. - Señalé en un tono casual.

-Ya... Es que he estado ensayando hasta hace poco. - Explicó -. Y ya que estaba, me ha pasado para avisarte de que Marilia no vendrá.

- ¿Le ha pasado algo? ¿Está bien?

- Sí, sí, está bien. - Aseguró enseguida -. Solo que vamos a aprovechar que hace buen día para ir a dar un paseo.

- Eso es bueno, os vendrá bien.

- Eso espero. - Comentó sonriendo de medio lado -. Ha pasado una semana un poco tristona.

- ¿Ella también?

- ¿Cómo que también? ¿Tú estás bien? - Se preocupó dando un paso en mi dirección.

Mierda.

- No. Sí. Yo... Bien. - Balbuceé rápidamente -. Bueno... Liada con las cosas de la uni, ya sabes...

Y metiéndome en sus cosas sin pedir permiso. Sobretodo eso último. Me tensé al recordar lo mal que se tomó la última vez que le oculté algo.

- Sí, lo he supuesto. - Descartó volviendo a alejarse.

No...

- Te llamé ayer.

- Sí, lo vi. - Se rascó el cuello -. Pero me quedé hasta tarde bailando, y supuse que ya estarías durmiendo cuando acabé.

Lo dudaba.

- Puede ser.

Bajé la mirada a mis deportivas. Me dolía que estuviéramos teniendo una conversación tan fría y distante, pero teniendo en cuenta la multitud de veces que me alejé la última vez que nos vimos, después de todo lo que le había costado abrirse - aunque fuese un poquito - esa noche... Lo entendía.

Come Out And PlayWhere stories live. Discover now