Serendipia

4

Peggy bajo la mirada, ante la atenta del Capitán.

Se tragó las palabras de desesperación para hacerlo entrar en razón.

Steve estaba comprometido, y pese a todo pronóstico, no se veía renuente a la idea.

—¿Peggy? —El rubio frunció el ceño preocupado.

—Espero tengas la decencia de invitarme a la boda. —Margaret le mostró su mejor sonrisa.

Ella no suplicaría, mucho menos se interpondría o lloraría.

No era ese tipo de mujer.

—Realmente espero que todo salga bien. —Steve se dejó caer en la silla.

Parecía desanimado.

—¿Problemas?

—Anthony, el hijo de Howard, parece odiarme en estos momentos. —Rogers cerró los ojos, aspirando con fuerza.

Las cosas serían más complicadas.

—No es extraño. —Dijo Peggy—. Lo han comprometido sin ser él quien de el si.

—Lo sé, pero... —El soldado la miro afligido—, voy a darle todo, incluso si él no me lo pide.

La castaña sonrió para sí.

Así que era eso.

—Steve, los lujos y el estatus no lo son todo. —La Beta tomó la mano del Alfa y le dio un apretón amistoso—. Sé que eres un gran hombre, ejemplar y distinto a todos... Eso es lo que el hijo de Howard tiene que ver.

—¿Cómo?

—Dándole tiempo, conociéndose. —Carter tenía ganas de llorar—. El compromiso es inevitable, se casaran; pero en la convivencia, enseñale el tipo de persona que eres, enamoralo, conquistarlo y hazle saber que no se equívoco al estar contigo.

El Capitán asintió procesando lo que Peggy le había dicho.

Sonrió agradecido.

—Eso haré.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos.

—Bueno, Howard quiere hablar contigo. —Margaret se levantó—. No lo olvides, quiero mi invitación, con letras doradas.

El rubio comenzó a reír suave.

—La tendrás.

La mujer tomó sus cosas y se encamino a la puerta. Cuando estaba por abrirla, volvió a mirarlo.

—También quiero que me cuentes cómo fue que te enamoraste de él.

Antes de que Steve pudiera decir algo, la castaña se fue.

La Beta comenzó a respirar rápido.

Sonrió ante lo masoquista que era.

—¿Todo bien? —El dueño de Industrias Stark y futuro fundador de SHIELD, se mostró preocupado.

—Si, gracias.

Peggy salió del lugar.

—Que raro... —El Alfa se encogió de hombros.

Mujeres, difíciles de entender.

Sin más, se encamino a la Oficina de Rogers.

—Howard, toma asiento. —Steve lo invitó.

—No será necesario, esto será rápido. —Emocionado, el mayor le entregó un papel.

—¿Y esto?

—Es el modelo de la invitación. —Stark sonrió orgulloso—. En dos semanas se casaran.