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Después de que los amigos de Steve se fueran y Sarah llegará sana y salva, Tony no pudo dormir tranquilo.

¿Quién era Peggy?

Recuerda haberle preguntado a Rogers y éste decir que era una amiga.

Una muy buena amiga.

Negó molesto.

Según tenía entendido estuvo en la boda y era también compañera de su padre, una fundadora de SHIELD.

Tenía que ser una mujer especial para ser una figura tan importante.

Un nudo en le estómago lo hizo fruncir el ceño.

—Pensó que se casarían. —Recordó las palabras del tal Bucky.

¿Tan bien se llevaban? ¿Tanto para pensar que terminarían juntos?

El sueño lo estaba venciendo.

Pero aún así, la incomodidad no se iba.

Trató de no pensar en el asunto y decirse a sí mismo que eso no tenía que importarle.

—Estúpido Rogers.

Y con eso en mente, no supo en que momento se durmió.

.

.

.

Al despertar, sintió el aire frío acariciar su piel.

Un leve cosquilleo le recorrió el cachete, una sensación extraña.

Al voltear, de nuevo se encontró una rosa roja.

Abrió los ojos completamente.

La tomó entre sus manos y sonrió. Steve era el responsable.

Se estiró y salió de cama, dispuesto a darle los buenos días al soldado y a la señora Rogers.

—Buenos días, Tony. —Sarah le sonrió, pero había algo en su mirada.

—Buenos días. —Buscó con la mirada al rubio—. Steve...

—Oh, mi hijo fue llamado en la noche. —La rubia trató de sonreír—. SHIELD le dio su primera misión.

Tony recordó la rosa.

Así que era por eso.

—¿Sabe cuándo regresará? —Preguntó preocupado.

La madre del soldado negó.

—Espero que sea pronto. —Dijo la mujer.

Anthony bajo la mirada.

La cocina ahora se sentía incompleta.

Su estómago se sentía vacío y lleno al mismo tiempo.

No quería comer, había algo en su cuerpo que no lo dejaba sentirse tranquilo.

El Capitán América era un soldado valiente y justo, pero también era su Alfa.

Su esposo.

Y ahora tenía que compartirlo con SHIELD.

SerendipiaWhere stories live. Discover now