Serendipia

39

Bruce seguía en los laboratorios.

Tony lo había localizado.

—Iremos por él.

El genio lo miro asustado. ¿Que él iba a qué?

—Por supuesto que no. —El Omega se negó mientras pensaba en otras alternativas—. Acabas de llegar, además, estás herido.

Steve sabía que sonreír en ese momento no era adecuado, pero no podía evitar el pensamiento egoísta "Tony se preocupa por mi".

—Banner no puede permanecer más tiempo en los laboratorios.

Anthony lo sabía, pero algo no estaba bien, no se sentía bien.

—Pero... —Su Alfa lo abrazo por los hombros y le dio un beso en la mejilla.

—Tengo que ayudar a Bucky. —Los ojos de Steve eran sinceros—. Él haría lo mismo por mi... Por nosotros.

El castaño asintió con pesar.

Su pecho se contrajo con violencia, dejándole una sensación agria.

No quería dejar a su pareja... No ahora que lo veía después de un tiempo.

—Las naves están listas. —Peggy entró al salón, dirigiendose al Capitán—. Se enviarán a 8 hombres solamente.

—De acuerdo. —El rubio sabía que entre menos personas, más posibilidad tenían de pasar desapercibidos.

Anthony recargo su cabeza en el pecho de Steve.

—Sólo... No mueras ¿Sí?—El más joven levantó la mirada—. Te esperaré.

El soldado lo beso, olvidando que Carter lo esperaba.

La Beta decidió darles su espacio.

Por su parte, Tony se aferró a la espalda de su esposo y se dejó llevar por la caricia.

Su vida no sería fácil, por favor, se casó con el Bendito Capitán América.

—Tony... Cuando regrese... —El mayor desvío la mirada avergonzado—... Podemos... Bueno...

—¿Fondue? —Anthony tenia una sonrisa burlona y divertida.

Steve relacionaba el sexo con pan y queso.

Rogers sonrió lleno de pena.

Era tan jodidamente tierno cuando quería.

—Lo quiero en una pieza, Capitán. —El Omega le robó el último beso.

Cuando salieron, Peggy y Bucky esperaban a su rubio.

Dolió despedirlo de nuevo.

¿Ahora que le diría a Sarah?