Tony sintió el sol golpear su cara sin piedad.
Tomó las cobijas y se cubrió con ellas; un extraño sentir de protección lo hizo cerrar los ojos con confianza.
Su mente se perdía conforme pasaban los minutos, sin embargo, un peso extra lo hizo despertar.
Un fuerte brazo rodeo su cintura y fue ahí cuando lo recordó.
Además del reciente dolor en la parte de su cuello.
—Mmmm... —Anthony sonrió al ver como el Capitán se abrazaba más a él.
Un soldado perezoso era todo un espectáculo.
Fue un reto poder cambiar la posición.
Inconciente o no, comenzó a acariciarle el cabello.
Era suave, además de rubio... Un claro bonito que podría ver todo el día.
—Despierte soldado. —Beso la frente del hombre a su lado.
El Alfa gruñó en desacuerdo.
La pereza no lo dejaba abrir los ojos; el Omega jamás imaginó ver esa faceta en el rubio.
En todo ese tiempo de convivencia, el mayor le había dado una imagen madrugadora.
—Sarah no debe tardar. —Steve se aferró aún más a él.
Anthony negó divertido.
Continuaron por algunos minutos más.
Tony jamás se había sentido tan en paz con él mismo.
—Si me das un beso... —El soldado lo dejo bajo su cuerpo—, me levantaré. —Negocio.
El castaño sonrió pícaro.
—Mmmmm te lo cambio por otra noche como está. —Tony beso castamente los labios del rubio— ¿Acepta?
En contestación, Rogers lo besó como dios manda.
Largo y profundo.
El sabor de ambos labios se mezclaba, haciéndolos suspirar por el otro.
Eran una pareja de enamorados.
—Te amo Tony. —Steve jamás se cansaría de repetirselo.
Y Anthony no se cansaría de escucharlo.
La mañana inicio con un grandioso amanecer –a palabras de Steve–.
Se dedicaron a hacer el desayuno juntos, con risas, bromas y besos de por medio.
Cuando Sarah llegó, no sólo sonrió por ellos, sino también brinco de alegría al ver la marca en Tony.
Oficialmente eran pareja.
La rubia no pudo estar más feliz por su pequeño.
Steve tenía todo lo que deseo; Anthony Edward Stark.
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Serendipia
Fanfic"-¿Te gusta? -Preguntó sin rodeos el mayor. El rubio carraspeo ante la cuestión. -Bueno, es... Hermoso. -Admitió. -Claro que lo es, es mi hijo Steve, no es para menos. -Presumió orgulloso el Alfa de la casa-. Vamos hombre, somos amigos, puedes dec...
