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La armadura se acoplo a su anatomía.

Tony sonrió orgulloso, tal como lo haría un padre felicitando a sus bebés por tener las mejores calificaciones.

—Eso... Es nuevo. —Rhodey silvó impresionado, al mismo tiempo que detallaba al gran robot, o bueno, lo que fuera eso que el Omega había creado.

—Aun está incompleto. —La voz del castaño se distorsionaba—. Faltan detalles, pocos, pero importantes.

James seguía admirando esa obra maestra; no se comparaban a las que había hecho para la milicia, está tenía presencia, poder, o al menos eso aparentaba.

—¿Es tu nuevo proyecto?

—Algo así. —El castaño salió de la armadura, asustando momentáneamente al moreno, quien retrocedió algunos pasos y se llevó la mano al corazón.

—Podrías avisarme.

Tony sonrió travieso, mientras admiraba a su nuevo bebé.

—Será la salvación para muchos soldados.

—Para tu esposo, querrás decir. —Rhodey lo conocía, y sabía lo predecible que su mejor amigo podía ser.

Sus temores eran fundamentados, y lo único que Anthony podía hacer, era cubrirlos, mantenerlos seguros, para después descansar en calma.

Así era el hijo de Howard.

—Si, bueno, él, tú, y los demás. —El Omega camino hasta la mesa que mantenía toda su herramienta.

—Escuche el caso de Bruce. —Rupert cambio el tema, sabiendo lo incómodo que era para Tony hablar de sentimientos— ¿Está bien?

—Algo afectado. —El genio bajo la mirada por un momento—. Pero, ya dio el primer paso; aceptar ayuda.

—Tony, si puedo hacer algo...

—Dale tu apoyo. —El más joven le sonrio—. Bruce ahora no necesita al militar y al genio, necesita a sus amigos.

Rhodes asintió.

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—Será removido. —Peggy miraba los informes con fijeza.

Steve asintió al escuchar el veredicto de la castaña.

Pierce, sería castigado por su imprudencia y por pasar en alto las indicaciones de Margaret Carter, directora de SHIELD.

—Tony ¿Está bien? —La mujer miró a su amigo.

El rubio suspiró, pero lejos de ser por estrés o molestia, era una suspiró de alivio, como si él asimilará aún el hecho de que Tony estaba ileso.

—Lo está.

Su mente, lo torturaba con imágenes en donde Hulk estrellaba su puño contra el cuerpo de Tony.

Sentía que el aire se le escapaba, se le iba la vida con la sola idea.

—Escuche que estuvo en problemas. —Peggy se mostró genuinamente preocupada— ¿Seguro está bien?

—Así es. —Rogers levantó la mirada y le sonrió para calmarla—. Tony pidió que nadie dijera nada, Banner está bastante afectado y comentar lo sucedido, sólo haría perder todo lo que él a avanzado.

—Entiendo.

El rubio también pensó en Bucky. Ambos necesitaban aclarar las cosas, poner las cartas sobre la mesa y decidir.

—Steve, considero que... —Margaret le sonrió, no como la Directora, sino como su amiga—, necesitan vacaciones.

Rogers sonrió. Claro que lo necesitaban.

—¿Me lo estás sugeriendo o me estás dando permiso?

—Les estoy dando permiso. —Carter le pego con los documentos en la cabeza—. Necesitan dormir, despejarse, ponerse cariñosos y aliviar el estrés.

Steve no pudo estar más de acuerdo. Además, necesitaba a su esposo, no sólo su compañía, quería ser más demandante, quería tenerlo entre sus brazos y tomarlo como su Alfa tanto le exigía.

—Te tomaré la palabra.

—Hazlo, sino, tu Omega te dejará por no darle su tiempo.

El capitán comenzó a reír; esperaba que no, por qué sin Tony, él moriría.

SerendipiaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz