28

17.9K 2K 113
                                    

Tony dejó de ver al Capitán, para dirigir su mirada a la castaña.

No era un Alfa, tampoco un Omega.

Pero si era una dama, y si mal no recordaba –lo cual era imposible– estuvo en su boda.

—Tony, te presentó a Margaret Carter. —Su padre dejó que la Beta pasará y le extendiera la mano.

—Un gusto. —La castaña se enderezó y le dio un apretón firme.

Le agradaba.

—El gusto es todo mío. —Anthony sentía la insistente mirada de su Alfa.

Sonrió para sí. Era tonto emocionarse por tener su atención.

—Parece que tu Omega es único. —Bucky lo miro con sorpresa—. Ja, suerte con él Steve, la necesitarás.

El rubio gruño bajo.

Margaret bajo la mirada y Howard sólo negó divertido.

—Tenemos que hablar. —Steve paso a su lado y se lo llevó por la muñeca.

Miro por última vez a la Agente.

Parecía preocupada.

—Creí que te daría gusto verme. —Tony mentía.

—¿Por qué estás aquí? —Preguntó recio el soldado.

—Mi padre me pidió ayuda. —Se excusó.

—Tony...

—Descubrí en 5 minutos lo que ustedes no pudieron en todos estos días. —Anthony lo miro desafiante—. Omegas han sido parte importante de Hydra y eso no lo sabían; lo que dijo Howard, no era mentira.

—Lo hubiéramos descubierto tarde o temprano.

—¿Cuándo? ¿Cuándo atacaran la agencia y lograran derribarlos? —Desafío el genio.

—Te quiero en la casa, Anthony. —Ordenó furioso el rubio.

El Omega frunció el ceño.

—... Pensé que eras diferente. —Tony lo miro fijamente.

—¿De qué hablas?

—Dijiste que no tenías problema en que laborara con mi padre, que fuera diferente a todos los Omegas que habías conocido.

—Y no los tengo, pero esto es diferente. —Steve lo tomó de los hombros—. Esto no es como manejar una industria.

—Lo sé, y puedo hacer las dos cosas. —Anthony tenso la mandíbula— ¿No crees en mí?

—Claro que lo hago. —Rogers suspiro—. La casa... La casa es segura.

—Entonces vámonos los dos.

Los ojos azules del rubio se abrieron en sorpresa.

El castaño lo miraba decidido.

—No eres el único preocupado. —El Omega bajo la mirada—. Estos días tu madre no dejaba de rezar, yo no dejaba de pensar en sí algo malo te había pasado, sí regresarías.

El Alfa no dejaba de verlo.

—Me sentía un inútil en la casa. —El hijo de Howard lo miro finalmente—. Le pedí a Jarvis que se infiltrara para poder saber cuál era tu bendita misión; no hizo falta pensar demasiado, sólo uní unos puntos y todo se reveló.

—Tony...

—Se lo dije a mi padre. —Continuó—. Me ofreció tener un papel en SHIELD.

El Capitán cerró los ojos.

Howard, maldición ¿En qué estaba pensando?

—Si te llegará a pasar algo...

—No soy una dama en peligro, Steve. —Tony tomó sus mejillas, y por primera vez, pegó sus frentes—. Además, tú no dejarías que nada me pasará.

Steve se sintió hipnotizado por sus ojos.

—Nunca.

—Yo también vengo a cuidarte. —Anthony le sonrió travieso—. Te daré el equipo necesario para mantenerte seguro... Y conmigo.

El Alfa no hizo más que besar a su pareja.

Estaba muriendo de miedo; no quería arriesgar al castaño, Hydra no era un juego y Tony no pasaría desapercibido.

Pero tampoco podía mandar en las decisiones de Anthony.

Sí ahora tenía que ser la sombra del Omega... Lo sería. 

SerendipiaWhere stories live. Discover now