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Los días transcurrieron lentamente.

Lo odiaba, Steve estaba harto de eso. Quería a su Omega, quería estar en su casa sin preocupaciones; sólo quería paz.

—"Manten la guardia en alto". —Se escuchó en el intercomunicador.

Steve negó con la cabeza.

—Bucky, he hecho esto millones de veces. —El rubio analizó la zona; libre— ¿Tienen a Banner?

—"Lo tenemos". —James no se escuchaba animado por ello.

Lo habían encontrado amarrado a una cama de metal, siendo objeto de pruebas. Estaba inconciente y a saber con qué droga corriendo por su cuerpo.

Barnes casi llora del coraje al ver lo que le habían hecho a su Omega.

—Nos vemos a fuera. —Y corto la comunicación.

El lugar tenían tinta de estar deshabitado.

Los pasillos eran silenciosos, lúgubres, solitarios; si Rogers fuera un novato, pensaria que habían abandonado la fábrica.

Se fue entre las sombras, esperando realmente pasar desapercibido. Miraba a todos lados y se cuidaba las espaldas, no sentía la confianza para relajar sus tensos hombros.

Paró cuando sintió un mareo.

Su cuerpo se calentó repentinamente, su vista se nublo y sintió su mandíbula hormiguear.

Algo no estaba bien... Nada bien.

Su respiración comenzó a ser irregular, sentía los latidos de su corazón en sus oídos, las manos sudorosas y ansiosa.

Su vientre se contrajo y la sensación incómoda en sus pantalones le advirtieron de su inminente celo.

No, no, no ,no... Esto no podía estar pasando.

—Tony... —Su cabeza se nublo en un sólo pensamiento; su Omega.

Quería tomarlo, morderlo, joderlo.

Cayó al suelo ante la agobiante sensación.

—"Steve ¡Sal de ahí!" —Escuchó lejos... Muy lejos.

Su cuerpo se estrelló contra la pared al mismo tiempo que varias bombas detonavan en la fábrica.

La voz de Bucky sólo logró aturdirló.

—Tony...

La inconsciencia lo jalaba con insistencia... Él ya no pudo luchar contra ella.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora