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Steve sentía que el tiempo no podía pasar más rápido... Tony estaba a días de explotar (a palabras del Omega)

—Soy una bola andante. —Se quejó Anthony.

El rubio le sonrió divertido.

Ambos se encontraban sentados en el sofá. Steve atrás y Tony en sus piernas, mientras que Sarah tejía enfrente de ellos.

—Siento como si fuera ayer que me diste la noticia. —La rubia hizo un puchero—. El tiempo pasa muy rápido. Cuando menos nos demos cuenta, el bebé será todo un hombre.

Tony cayó en cuenta por las palabras de su suegra. Su bebé, su retoño, su mini personita... Iba a crecer.

Dios, se escuchaba más aterrador de lo que pensaba.

—Steve, mi bebé nos dejará. —Y cómo si las hormonas no fueran suficientes, Tony se sentía apunto de llorar.

—Amor, falta mucho para eso.

Pero el castaño no estaba contento con esa respuesta.

La señora Rogers los miró con ternura.

Su hijo tenía al mejor Omega.

—¿Cómo lo llamarán? —Preguntó la rubia.

Steve y Tony se sonrieron.

—Hicimos una lista de nombres, pero al final, nos decidimos por Peter. —Dijo Steve, contento con la elección. No quisieron buscar nombres para niñas, porque Tony estaba seguro de que sería varón. Aunque, si está fuera mujer, le podrían igual que la mujer enfrente suyo.

La Omega asintió de acuerdo.

Peter era una nombre hermoso.

—Peter Rogers Stark. —Sarah parecía cantar el nombre—. Oh Steve, es precioso.

Los tres siguieron hablando de cosas sin importancia, disfrutando del momento.

—Por cierto ¿Que paso con la agente Romanoff? —Anthony, la última vez supo de ella por Bruce. Tal parece que su amigo puso las cartas sobre la mesa.

¿Quién imaginaria a Banner celoso?

—Mmmm Bucky hablo con ella, Bruce también y por lo que tengo entendido, ella empezó a salir con Sam. —Steve se encogió de hombros y miró a su Omega—. Ah, Bucky nos invita a su ceremonia.

Tony sonrió ante lo anterior. Bruce le había contado que ahora era oficialmente el Omega de Barnes. Durante el celo que compartieron, el científico fue marcado.

—Sólo estoy esperando el momento en que Bruce se embarace, para burlarme de él. —Y si, el genio estaba resentido desde que el científico le dijo que parecía una pelotita con otra pelotita.

Cruel.

El rubio beso los cabellos de su pareja. Sarah aguantaba la risa.

—Tengo que ir al baño. —Con disgusto, se levantó. Estaba tan calientito y cómodo en las piernas de su esposo.

Cuando desapareció por la puerta, Sarah le sonrió a su hijo.

—Tu papá estaría orgulloso, cariño. —El soldado sonrió ante las palabras de su madre—. Yo estoy orgullosa de ti.

El Capitán sentía algo cálido en su pecho.

—Mamá...

—¡Steve!

El grito de Tony lo puso en pie de inmediato. Corrió hasta su Omega asustado.

—¡Tony! ¿Qué...?

Oh mierda. Peter ya venía.

SerendipiaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ