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Las explosiones en el lugar continuaron con un tiempo de plazo limitado.

Eran pequeñas bombas, pero letales.

Lo suficiente para crear distracción y una nube de humo lo bastante grande para dejar ciegos a los enemigos.

—"Steve, tienes el paso libre." —Bucky hablo por el intercomunicador.

Natasha se mantenía en la nave junto con Banner y James cubría la espalda del rubio.

El Capitán se introdujo a la morada, evitando a los soldados que se encontraban desorientados.

La distracción había salido bien.

Sólo tenían que ir por Tony y salir rápido de ahí.

Rogers se movió sigiloso, como si de un felino se tratara. Los aromas eran dispersos, pesados, chocaban unos con otros.

Sería inútil tratar de capturar la esencia de su Omega.

Continuó esquivando la seguridad, subiendo piso a piso, observando por todos lados.

Disparos se escucharon afuera.

Romanoff llevaba el control seguramente.

Suspiró. El aroma a Alfa estaba causando que su razón se nublara; su lobo interior sólo le dictaba gruñir y golpear.

—"Bucky, posición". —Ordenó.

Nadie contestó.

Chasqueo la lengua molesto. Sus sentidos se estaban entorpeciendo. Necesitaba encontrar a Tony rápido.

Dispuesto a regresar sus pasos, retrocedió buscando una manera más fácil de bajar.

—¿Tony?

Sus sentidos se pusieron en alerta cuando vio a su genio amordazado, tirado en el suelo y de espaldas a él.

La puerta estaba abierta, invitándolo a pasar directamente por su pareja. Todo era tan fácil.

Por su parte, Anthony al escuchar la voz de su Alfa, se alteró.

Era una trampa.

Desesperado, trató de voltear y advertirle al Capitán.

—¡Tony! —Escuchó como sus pasos iban hacia él.

Se movió con más brusquedad. No, no tenía que ir por él.

Rogers olvidó su sentido de alarma. Su Omega estaba ahí, tenía que estar con él, verificar que estuviera bien, sacarlo de ese lugar.

Cuando estaba por cruzar la habitación, sintió como su cuerpo era empujado con fuerza.

Gruñó ante la interrupción.

—Imbécil, puede ser una trampa. —Barnes lo miro molesto y le tiro un golpe haciéndolo reaccionar. Había llegado justo a tiempo.

El lugar se mostraba completamente sombrio, sospechoso.

Tony dejó de moverse con brusquedad. En cuanto saliera de ahí, definitivamente le invitaría una hamburguesa a Barnes.

—Pero... —Steve estaba apunto de reclamar.

James le puso la mano en la boca, haciéndolo callar.

Las luces se apagaron, todas las puertas se cerraron. Incluso la de la habitación donde estaba el Omega.

—¡Tony! —Rogers corrió hacia la barrera y la golpeó molesto. Dentro, se escuchaban los gritos ahogados del genio.

James se puso en posición de combate.

El olor de Alexander Pierce se mezclo con el ambiente.

—Steve... —El soldado respondió ante el llamado, poniendo su escupo enfrente.

El rubio estaba molesto.

—¡Capitán América! —El Alfa de edad madura entró en escena. Su sonrisa era de decepción total—. Debió tomar a su Omega cuando pudo.

Steve tenso la mandíbula.

Barnes apunto a la cabeza de Pierce.

—Regresame a mi Omega.

El hombre enfrente suyo comenzó a reír desquiciadamente.

—Pero Capitán, no puedo hacer eso. —Varios soldados de Hydra salieron de la espalda de Alexander, rodeandolos—. No sin antes darle la buena noticia.

—¡Eres una maldita basura! —Bucky escupió con irá.

El Alfa de mirada vacía les sonrió.

—¿Qué quieres decir con noticia? —Steve quería distraerlo, ganar tiempo, todo mientras apretaba un botón escondido en sus manos.

—Para ser un Alfa de Alto Rango, es decepcionante que no se haya dado cuenta. —Jugó Pierce.

—Habla claro, maldición. —Buchanan estaba comenzó a desesperarse.

—Felicidades Capitán. —Su expresión le dio mala espina al rubio—. Será padre.

Rogers se quedó paralizado... Al igual que Bucky.

—Oh, pero claro... —Alexander continuó—, eso sí yo lo permito.

SerendipiaWhere stories live. Discover now