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Barnes no dejaba de ver al Omega a través del gran espejo.

Suspiró, dándose por vencido; no podía soportar la incertidumbre.

—Voy a entrar. —Anuncio, ignorando las negativas.

Rápidamente abrió la puerta y se encerró en el lugar.

Bruce brincó del susto, pero no alzó la mirada.

—Hola...

El científico se escondió más, buscando fundirse en la pared. Bucky bajo la mirada y sonrió con tristeza al ver las acciones del contrario.

—No lo hagas... Por favor. —James sentía los ojos calientes—. Mírame.

—No, James, vete...

Harto del rechazo, Bucky camino hacia el cuerpo del Omega y se hincó hasta quedar a la par.

Con ternura, acarició los cabellos del científico, buscando transmitirle cariño.

—Sé mi Omega, Bruce. —Susurró el soldado.

Banner por fin lo vio. Estaba sorprendido, y muy asustado.

Tembló ante las palabras del sargento. No, no, no, no... Él no le podía decir eso, no ahora, no.

—Bucky...

—No me importa nada. —Los ojos claros de Buchanan lo dejaron sin habla—. Te quiero a mi lado, te quiero Bruce.

El Omega estaba dispuesto a negarse toda la tarde de ser necesario, pero los labios de Bucky se lo impidieron.

Sintió la boca del otro temblorosa, ansiosa, desesperada por recibir afecto... Su afecto.

Y lloró... Lloró porque él no merecía esto, él siempre pensó que tendría una vida tranquila, normal, romántica.

Con James.

—Bucky...

—Salgamos adelante. —El Sargento junto sus frentes—. Juntos.

Bruce comenzó a sollozar más fuerte, rompiendo la voluntad de Buchanan.

Los dos se abrazaron necesitados de cariño, de comprensión, de paz mental.

Banner se permitió no pensar por un momento.

—Sargento Barnes. —Alexander Pierce miró con desdén a la pareja. Había entrado a la celda, pero jamás imaginó encontrar al soldado.

—Señor. —Bucky lo miro con firmeza, no confiaba en ese sujeto.

—Veo que está controlando al... Sujeto.

Bruce se tenso.

—Bruce Banner, señor. —Reitero Barnes, mordiéndose la lengua. Tenía tantas ganas de mandarlo a la mierda

—¿Un monstruo como él merece nombre? —Pierce se burlaba cruelmente.

El científico trató de ignorarlo.

—Le pido respeto para mi Omega. —Bramó James, causando sorpresa en Bruce.

Alexander dejó de sonreír para poner una mueca seria.

—¿Se está poniendo de su lado? —El Alfa mayor comenzó a reír—. Es un monstruo.

—Usted vuelve a decirle monstruo y...

—¿Y qué? ¿Va a golpearme?

Bruce comenzó a alterarse.

No soportaba a ese hombre, no lo quería cerca, no de él, no de su Alfa.

—Lárgate. —Banner le lanzó una mirada amenazante al secretario.

—No eres nadie, monstruo.

Barnes comenzó a respirar entrecortado, el aroma de Bruce estaba volviéndose agrio, fuerte, distinto.

Alexander retrocedió al ver como el cuerpo del científico cambiaba, como sus ojos se transformaban.

Un rugido se escucho por toda la agencia, Pierce corrió cerrando la celda, importandole poco Barnes.

Bucky, no podía mirar otra cosa.

—Bruce. —Fue lo único que pudo decir.

La bestia sacudía su cabeza como si buscará callar sus pensamientos, se golpeó contra las paredes y finalmente lo vio.

Sus ojos eran tan iguales y tan distintos.

James se quedó quieto.

Hulk gruñó, se acercó y paso de largo para derribar la puerta de un sólo golpe.

Barnes no reaccionó, ni siquiera con los gritos de terror allá fuera.

¿Bruce?

SerendipiaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin