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Lejos de lo que pensó, los días transcurrieron como agua por sus dedos.

Sin darse cuenta, la Misión que le fue entregada, duró más de lo previsto.

Estaba muriendo lentamente.

—Vamos, son amigos. —Bucky le sonrió suplicante, al mismo tiempo que avanzaban a la Oficina de Peggy.

—Buck, sólo hablale.

James, se encontraba encantado por un Omega de carácter reservado y tímido.

Bruce Banner; uno de los mejores amigos de Tony.

Cuando se conocieron, fue como si la vida de James hubiera tomado sentido de un momento a otro.

Incluso Steve jamás imagino ver a su hermano tartamudeando por alguien.

—¿Me has visto? Soy un asco hablando con él enfrente. —Barnes lloriqueo.

De verdad quería darle una buena impresión al Omega.

Cuando llegaron a la Oficina de Carter, los dos hicieron el típico saludo militar.

Peggy les sonrió y los invitó a sentarse.

—¿Alguna complicación?

—Ninguna. —Rogers puso los informes en la mesa.

James se mantenía serio.

El lugar se lleno de tensión.

—Peggy, hay algo que no nos estás diciendo. —Buchanan alzó una ceja.

Steve puso atención a la reacción de la castaña.

Al sentirse presionada, suspiro.

—Tienen una muestra del suero. —Margaret mantenía una postura tensa—. Los Alfas que Hydra está capturando, son los conejillos de India.

—Eso era una hipótesis. —Comentó el de largos cabellos oscuros.

—Fue comprobada. —La Beta los miro—. Encontramos el cuerpo de un Alfa; presentaba altas dosis de drogas en su sistema, además de que el suero fue alterado tratando de cambiar su función.

—¿Como cuál? —Preguntó el rubio.

—Una manera de mantenerlos a raya. —Peggy les paso algunos documentos—. Son agresivos, violentos, peligrosos, pero alguien los maneja.

Ambos soldados pensaron en lo dicho.

—Y eso no es lo peor. —Prosiguió la mujer—. Están comenzando a experimentar con Omegas.

—¿Por qué con ellos? —Steve realmente no daba crédito a lo que escuchaba.

—Porque buscan la fertilidad de estos y que den grandes camadas de Alfas de Alto Rango. —Howard entró a la Oficina sin aviso alguno, interrumpiendo la conversación.

Steve, Bucky y Peggy lo miraron... Para después posar la mirada en la persona que venía detrás de él.

—¿Tony? —El rubio se levantó de su asiento.

El castaño le sonrió pícaro.

—Howard, qué...

—He pensado en el caso... —El mayor miro a su hijo—. Creo que una mano extra no nos caería mal.

Anthony permanecía quieto detrás de su padre.

La mirada que le daba Steve... No predecía una calurosa bienvenida. 

SerendipiaWhere stories live. Discover now