Un deseo de libertad.

26 0 0
                                    

Pov. Allen

Brian estaba dormido, y tenía ahora más curiosidad por saber que sucedió en eso Yamato y algunos hombres corrieron al pasillo, fui tras ellos y me encontré con Laura tenía una herida de bala en el hombro cerca de pecho y otro en la espalda, Yamato la ayudó y trató de vendarle esas heridas, cuando término le aconsejó descansar un poco en la habitación de al lado de la de Brian.
Entré a la habitación de Laura y me quede en el marco de la puerta, mientras ella me miraba y puso una pequeña sonrisa en su rostro.

–Hola... Allen.

–Hola, sólo venía a preguntarte algo...

–Es sobre Brian ¿verdad? –dijo adivinando todo lo que diría.

–Emm... Si sabes lo que le paso, traté de preguntarle pero dice que no recuerda nada.

–La verdad es que Brian, bueno se volvió un poco salvaje y atacó a Akira... No lo recuerdo bien, debido a que en eso se comenzaron a movilizar, estaba tan ajetreado y había muchos problemas.

–Ya veo... Entonces no viste lo sucedido –dije un poco confundido, en eso escuche un grito me volteé y salí de la habitación, sin embargo me quede viendo en frente, la puerta estaba abierta y Brian agonizaba, se retorcía, y Yamato trataba de tranquilizarlo, se veía que sufría... Respire hondo y traté de saber que le pasaba, cuando escuche atentamente sus gritos, fue como si estuviera siendo poseído por el diablo, sus gritos eran desgarradores, pataleaba y forcejeaba, trataron de amarrarlo a la cama y evitar que se lastimará, sus heridas eran graves y estaba seguro de que le dolía gravemente.

Pov. Brian

Estaba durmiendo tranquilamente, cuando en eso entre la oscuridad sólo pude escuchar unos pasos y ahí estaba después de un buen tiempo Rojo sonreía, pero a diferencia de las veces anteriores, no sonreía de forma sádica al contrario, su rostro mostraba arrepentimiento.

–No quise hacerte daño lo siento... –dijo Rojo, mientras se acercaba y me tomaba del cuello dulcemente.

–hiciste que la mitad de mi cara resultará herida, y ahora me duele todo el cuerpo.

–Brian... Te hice daño, pero descuida, mataremos a ese maldito, aunque ahora sólo quiero que te recuperes y terminemos con esto...

–¿Y ahora porque eres amable? –dije mientras me comenzó a tocar con delicadeza.

–Somos la misma persona, yo soy el malvado y tu el bueno... Eso creó, aunque ahora que estas frustrado deberías dejarme tomar el control... –Dijo dándome un abrazo un tierno abrazó, sentí un poco de dolor y grité, comencé a sentir como si mi cuerpo estuviera convulsionando, grité por el dolor, Yamato entró y trató de tranquilizarme.

Estaba como que perdido entre todo esto no sabía en donde me encontraba, todo de mi se había perdido aparentemente, el control de mi cuerpo estaba echo un desastre... Pero todo se detuvo, desperté y traté de respirar y tranquilizarme, me quise levantarme de la cama, pero estaba atado, Yamato me vio a los ojos y dijo.

–Estas bien... –Asenti a la pregunta, mientras Yamato me tomaba de la mano y me quitaba el suero, también me desató de la cama y me levanté.

Camine hasta el baño y me vi en el espejo, mis cabellos pelirrojos caían vueltos en terribles mechones despeinados, mi ojo de un curioso color rosa que no estaba tapado por el vendaje estaba rojo de llorar, mis manos temblaban, y me encontré con que tenía varios vendajes, me quite las vendas que cubrían la mitad de mi cara para encontrarme con algo horrible: mi ojo tenía un enorme moretón, mis mejillas escondían algo peor, grite con sólo verme... A la mitad del rostro, mi boca fue cortada y trataron de dibujar lo que era una sonrisa, Yamato había tratado de coserla y el resultado ni había sido favorecedor, la cicatriz que atravesaba mi ojo izquierdo había vuelto a abrirse, o lo habían cortado.

La furia me invadió al ver lo que le habían echo a mi rostro, me quite cada vendaje que cubría mis heridas y entre a la ducha.
Lave cuidadosamente mis heridas, tenía varios puntos, y debían permanecer así durante un tiempo, me cansé de seguir con esto, cada cosa que hiciera iba a salir mal... Pero ahora sólo me quedaba una cosa seguir viendo que le haría a Akira.

Unas semanas después...

Mis heridas ya estaban mejor sin embargo ahora más que nada tenía muchos motivos para ocultar mi rostro, la mitad de mi rostro estaba echó un desastre, parecía un monstruo, me sentía mal.

Allen me ayudaba a tratar de distraerme de lo que me hicieron, aquella mañana me levante temprano, me bañe y al terminar me fui hacía la cocina de la mansión.
Nara, Allen, Laura y Yamato estaban ahí sentados en la mesa, tenían un semblante serio.

–¿Que ocurre? –dije mientras los veía a los ojos, Yamato me dio una carta estaba arrugada y un poco vieja.

–Tal vez debas saber todo por ti mismo, Laura pudo rescatar esta carta... Era de Hanako. –respondió Yamato, mientras yo tomaba la tan preciada carta, me senté a en una silla, y comencé a leer un poco.

"Mi pequeño Nara...

Han pasado años y me gustaría verte, perdoname por todo esto que has pasado pero no fue más que mi propia culpa...

Me enamoré de un hombre el que pudo ser tu padre, pero me enamoré de forma equivocada, él me abandonó y mis padres no pudieron tolerar tal deshonra, me echaron de la casa, y no supe que hacer contigo... Pensé que si abortaba todo esto terminaría ya, sin embargo no tenía el dinero suficiente hasta que me encontré con Akira, él era un hombre de la mafia con actos impunes por cometer y al enterarse de mi embarazo, me convenció de venderle el feto, para él trabajaban algunos científicos y decidieron experimentar con el feto añadiendo ADN de Oni, sin embargo eso provocó que el feto tuviera características notorias de los Oni.

Tiempo después naciste, al tenerte en mis brazos pude sentir tu pequeño cuerpo tan vulnerable, Akira me encomendó a cuidarte junto a Kentaro del cual debías aprender sus instintos, sin embargo de la convivencia diaria comenzamos a enamorarnos y juramos qué cuidaríamos de ti hasta que Akira decidiera llevarte, sin embargo el tiempo me hizo encariñarme de ti, traté de despreciarte y abandonarte pero tu vulnerabilidad y mirada tierna hicieron que me encariñara, tenía miedo de perderte, sin embargo Akira decidió que debíamos llevarte con él y dejar todo a un lado.

Me reuse a darte a esos hombres, mientras Kentaro trató de detenerme, me dijo que el trató ya estaba echo y sería en vano pelear por ti, sin embargo no quise escuchar y traté de impedirlo, por mi culpa Kentaro resulto gravemente herido y fue abandonado en el bosque a su suerte, yo traté de buscar el modo de vivir sin ti y sin Kentaro, el cual a tomado el lugar de tu padre... Sin embargo no podía seguir sin saber en dónde podrías estar, traté de encontrar a Akira pero resultó que negocio con otro jefe de la mafia en Japón, era el más peligroso y estaba segura que comerciaba con gente, sobre todo de que te buscaría para que fueras su esclavo...
Sin embargo al parecer algo no había resultado bien, y decidí buscarte por mi cuenta, tuve que buscar en redes ilegales y me enteré que de probablemente ya estuvieras muerto...
Años más tarde supe de algunos casos en Nueva York, sobre un jefe muy peligroso, no puse demasiada atención hasta que supe de que podrías ser tú, todos se enteraron de la verdadera identidad de Rojo, y Akira decidió tenerte de vuelta como un esclavo y la única forma de hacerlo... Sería teniéndome de rehén, nunca podré escapar, pero esperó que tu sí, hijo sólo quiero que estés feliz, no importa si muero debes irte... Y una última cosa más hijo, salva a Nara jr, llevatelo lejos de aquí, no dejes que le pase nada sobretodo debes saber que él es en realidad tu hermano menor...

Cuida de él, y por favor no te preocupes por mí, no importa si me matan lo que importa es que tengas el valor necesario de seguir, de tratar de olvidar todo ese dolor... Aun después de mi muerte, quisiera verte sonreír, no si seguiré viva mañana pero esperó verte sólo una vez más.

Atentamente tu madre Hanako"

Mis ojos se llenaron de lágrimas, y deje la carta sobre la mesa, vi a Laura y ella me dijo.

–No lo se Brian, tal vez esa era la verdadera respuesta que buscabas... Ella no te odiaba pero tampoco quería verte sufrir, era tu madre después de todo...

RED: El Ángel De La Muerte.Where stories live. Discover now