RED: El Ángel De La Muerte.

Verdaderos intereses

Pov. Brian

Diablos... Todo se me estaba saliendo de las manos, Ibiki esperaba alguna reacción negativa del hombre.

Pero en ese momento me tomó de la mano.

–Disculpa... Pero desde esa noche, no he dejado de pensar en... –se acercó a mí, y dijo en mi oído.

–Tu cuerpo... –un escalofrío me recorrió el cuerpo al escucharlo, Ibiki lo tomó de espalda y lo alejó.

–¡Escucha!... No tienes permitido acercarte de una forma tan repentina. –le dijo tomándolo de la camisa.

–Lo siento... Fue un instinto –dijo el tipo en su defensa.

–No permitiré que siga sobrepasandose, una vez más y tendremos que cancelar todo esto –dije levantándome de la mesa, en ese momento mientras intentábamos irnos unos hombres nos amenazaron con dispararnos.

–Ibiki... Avisa a todos de la amenaza –dije tratando de conservar mi tranquilidad, Ibiki dio la señal de ataque por el intercomunicador, trate de no alarmarme pero no verlos aumentaba mi ansiedad y mi miedo.

–No tienes escapatoria... Lo siento...

–Mientes... –dije cuando en un ataque silencioso varios de sus hombres cayeron al suelo, el tipo miró a su alrededor, no había nadie aparentemente... Seguimos esperando algún otro ataque, otros hombres cayeron: llevaban heridas de garras en sus espaldas.

–¿Que esta pasando? –mencionó el hombre, seguimos esperando un momento cuando en eso todos espantados huyeron del lugar.

–No puedo creerlo... ¡¡Malditos regresen!! ¡¡Esto es una trampa una ilusión absurda!!

–lo sentimos, hubiera elegido a gente más valiente para el trabajo... –Sonreí incrédulamente, Ibiki sonrió cuando en eso sentimos como alguien nos apuntaba por la espalda.

–Olvidas algo niño... ¡Yo no trabajo solo! –dijo el hombre sonriendo malicioso.

–Sorpresa Brian –dijo Hajime acompañado de un hombre rubio que apuntaba a Ibiki.

–Arriba sus manos... –dijo el otro, respire hondo, mientras obedecíamos, pero cuando dejamos que pensaran que nos tenían a su merced los golpeamos en la cara, tomamos sus armas y salimos corriendo por los pasillos del edificio.

(...)

Pov. Yuirichi

Yo y Yuu debiamos obedecer a nuestros respectivos amos, así que nos dirigimos a la desprotegida mansión Roja.

No había una protección tan peligrosa, vi al extraño niño al lado mío que guardaba un silencio tenebroso.

–Mi amo me dijo que debía obedecerte... ¿Cuál es el plan? –dije estando al frente de esos humanos tan estúpidos, amenazaban con armas mientras esperábamos el ataque.

–Dejame realizar "un juego"... La vida de estos humanos estará en riesgo... ¿Conoces el juego Kagome - kagome?

–Claro, ¿pero que tiene esto que ver?

–¿Que tal si jugamos ese juego a nuestro estilo?... –dijo mostrando una maquiavélica sonrisa.

–Bien... Dime como...

–Mata al primero que este detrás de ti... –dijo abalanzándose hacia ellos con sus armas atacaba a todo el que estuviera detrás de él, parecía un baile en medio de todos esos disparos, se detuvo al darse cuenta de que la mayoría habían muerto.

–Bien podemos entrar... –dijo en medio de esos cadáveres.

Entramos hasta dentro de la mansión, algunos tenían miedo y huían.