RED: El Ángel De La Muerte.

El trató con Akuma

Pov. Hajime

La tranquilidad que tenía ahora era suficiente, tenía todo lo que mi tío trató de ocultar para mi sin embargo había un problema y no era algo bueno.

–Señor... –entraron un grupo de hombres al despacho.

–Lo sentimos pero no puede reclamar el poder... –dijeron los dos.

–¡¿Pero que?!... Yo soy el último descendiente de los Himura... Todo esto me pertenece por derecho...

–Señor hubo un cambio... Akira le dejó todo el poder a Brian Join... O mejor dicho "Rojo"...

–¿Pero que?... Vaya tío si que eres muy... Tonto –dije viendo el retrato de Akira, como se le ocurrió darle todo a su amante, y todavía cuando lo tenía secuestrado, eso sencillamente no tenía lógica.

–La única forma de que tomé el poder, será que cobré venganza... Fueron las últimas peticiones de Akira, estan escritas en este documento... –dijo mientras me entregaba aquella hoja, la leí y era cierto, cualquiera que cobrara venganza por su muerte, podría obtener las riquezas y la mafia del clan Himura y ser reconocido como uno.

–Diablos... Pude decir, mientras caminaba de un lado a otro...

–Si mato al Oni y a todo el que fue culpable de la muerte de mi tío, entonces tendré todo lo que me pertenece por derecho... –parece una misión imposible pero estaba decidido a hacerlo...

(...)

Pov. Brian

Estaba de nuevo en casa sin embargo aún tenía problemas... Me sentía mal, mis heridas aún dolían, me dirigí al baño y me quite la blusa con cuidado de no lastimarme la herida, esta apenas había cicatrizado, sin embargo aún dolía... Habían probabilidades de que se abrieran, era una enorme línea zigzagueante, estaba cerca del corazón, sin embargo esta no me lastimó mucho...

–Cuando un problema se acaba una nueva cicatriz aparece en mi cuerpo... –dije mientras me iba a bañar a las aguas termales, en la puerta de estaba habían guardias así que nadie ni siquiera Haruki podía hacer sus bromitas ridículas...

Sin embargo mientras me relajaba en la agua caliente, Yamato entró.

–Vaya veo que tus heridas son un poco graves...

–Sabes que no me gusta que me vean mientras me baño –dije mientras me metía un poco más al agua.

–Escucha ahora que estas herido y todavía sigues un poco débil mandare a alguien a cuidarte... ¿Esta bien?

–Si, si lo que tu digas... Sólo sal por favor. –dije mientras tallaba un poco mi piel.

Después de unos minutos, salí de ahí y me vestí, me dirigí al comedor, tenía hambre sin embargo Yamato me detuvo.

–Espera un momento te dije que no puedes hacer las cosas libremente como solías hacerlo.

–Lo dices porque me meto en problemas muy seguido... –supuse, lo intenté ignorar pues mi estómago rugía.

Sin embargo Nara llegó y me abrazó.

–Hola hermano... –dijo contento.

–Hola Nara... Si me permites voy a la cocina... –dije casi empujándolo, sin embargo Yamato me detuvo.

–Oigan no quemaré la cocina como casi paso el otro día... –dije confundido, aunque debo confesar siempre fui un fiasco en eso de la cocina, en más de una ocasión pude vivir a base de cereal y sopa instantánea, también gaste mucho dinero con restaurantes.