Brian Alías "Rojo", es un criminal buscado, sin embargo nunca nadie supo su verdadero nombre, ni su verdadera identidad...
Producto de un experimentó de un grupo de mafiosos, Brian es un joven de bella apariencia andrógina, secuestrado desde niño y...
Era un día bastante aburrido, deje a Hijikimaru apoderarse del cuerpo de Hajime, se que no era buena idea pero ya no tenía remedio, Hajime literalmente había echo demasiadas locuras imperdonables, en eso vi llegar a Hijikimaru este venia cubierto en sangre.
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–¡¿Pero que?!... ¿Lo mataste?
–Su cuerpo no me sirvio... No tuve opción, perdón por esto... –replico agachando la cabeza, su cabello albino estaba cubierto de sangre y la cara cubierta por vendas, no entendí porque diablos lo hizo.
–Eres un tonto te dije que te apoderaras de su cuerpo... No que lo matarás –replique.
–Fue imposible, el cuerpo de Hajime estaba siendo protegido por el tengu de quien consiguió sus alas.
–Ya veo... ¿Donde esta su cuerpo?
–En una pradera no muy lejos de aquí... Te llevaré si es necesario... –dijo mientras yo lo seguía, al llegar vi a Richard vigilando su cuerpo.
–Vaya te enteraste...
–Lo vi caer en este lugar, me pidió que devolviera sus alas al tengu, sin embargo no ha dejado de sangrar.
–Ya veo, pero su cuerpo esta frío, y... ya no esta con nosotros –dije al tomar su mano, las flores se meneaban alrededor de él.
–Bueno ahora tengo una pequeña excusa, Hijikimaru dale la noticia a todos los jefes de la mafia que conozcamos, incluyéndolo a "él"... De acuerdo.
–Esta bien les daré la noticia con una invitación... –replico, mientras se iba Richard y yo llamamos a unos hombres a que llevaran el cuerpo de Hajime a la mansión y lo prepararán para el funeral.
(...)
Pov. Brian
Tres días pasaron y no había noticias de nada ni siquiera de Hajime, intente no tomarle importancia a todo eso hasta que una mañana mientras me disponía a seguir con mi trabajó, apenas me senté en el escritorio una horrible cosa estaba sobre un documento, era viscoso, baboso y se movía lentamente, dándome asco... Era una babosa esa cosa era horrible y sabía quien la había puesto, algo que odio más que a un gusano, es una babosa y algo que odio más que una babosa es Akira, nadie puede compararse con esas tres desagradables cosas.
Salí de la oficina y me dirigí a buscar a Nara, este estaba con los demás en la sala... Creyó que no me iba a dar cuenta pequeño travieso...
Lo vi y lo tomé de una oreja.
–¿Creiste que no me daría cuenta verdad?
–¿De que hablas?
–De la babosa que esta en mi escritorio... Sabes que odio las babosas...
–pero yo no la puse...
–Entonces salió del jardín y entró a la casa y de todas las habitaciones de la mansión escogió casualmente mi oficina...
