Capítulo 19

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Había llegado la semana de los exámenes finales. Dentro del salón se podía percibir el miedo y la incertidumbre de los estudiantes. Anabeth no era la excepción. A pesar de haberse preparado como era debido, se sentía como una bola de nervios.

No le preocupaban el resto de las asignaturas. Su verdadero temor era el examen de matemática. Había pasado semanas estudiando sola y junto a Mycroft. Durante ese tiempo, sus noches consistieron en hacer y rehacer cálculos una y otra vez. Su nivel de estrés era tal que apenas había probado un bocado en el desayuno debido al nudo en su estómago. Tan solo rezaba por hacer ese bendito examen de una vez por todas y así terminar con este sufrimiento.

Mycroft era el único estudiante que no parecía alterado en lo absoluto. Todos los demás estaban especulando qué temas entrarían, revisaban sus apuntes o hablaban con sus compañeros igual de nerviosos. El pelirrojo, por el contrario, tenía una expresión serena en su rostro mientras aguardaba pacientemente la llegada del profesor.

— Estás muy calmado. ¿Cómo lo haces?

Anabeth tomó asiento a su lado. El joven sonrió a medias.

— Le he dedicado el tiempo de estudio necesario a cada asignatura. Si me he preparado adecuadamente, entonces no tengo razón para estar nervioso.

— Te envidio. Yo estoy al borde de un ataque de pánico.

— Cálmate, Anabeth. Estuviste preparándote por semanas. No hay forma de que desapruebes.

— Lo intento. Juro que es lo que más anhelo en estos momentos. Pero no puedo evitar ponerme nerviosa. Tengo mucho en juego.

Mycroft volteó a verla, intentando hacer sentido a esas palabras.

— ¿A qué te refieres?

La castaña desvió la mirada, apenada.

— Siempre quise ir a una universidad de prestigio como Oxford o Cambridge. Papá y yo hablamos mucho al respecto, pero son ridículamente caras y él no puede permitirse semejante costo.

Las universidades prestaban especial atención en el rendimiento académico del alumno antes de siquiera considerar la posibilidad de otorgarle una beca. Las matemáticas siempre fueron el ancla de Anabeth. Por culpa de esa asignatura nunca pudo destacar en los mejores promedios de los años anteriores. Tenía que romper con esa mala racha de una vez por todas.

— Por ende, solo puedo intentar obtener una beca y para eso debo tener un promedio alto este año y el siguiente si quiero ser considerada una candidata decente.

El chico comprendió la situación. Por supuesto que la entendía. Él mismo había tenido que vivirla año tras año, aunque por motivos diferentes y para nada justificados como lo era una beca universitaria.

— Escucha, no tienes nada que temer. Yo mismo te preparé para ese examen y puedo dar fe en que lo pasarás sin problemas.

— Eso espero. Honestamente estoy muerta de miedo... Pero gracias. —sonó la campana, marcando así el cambio de hora—. Mierda. Tengo que volver a mi lugar. Mucha suerte.

La chica abandonó el banco, regresando a su pupitre.

— Esto no se trata de suerte, sino de capacidad. —elevó la voz para que ella lo escuchara.

El profesor entró al salón y, luego de una breve explicación, dio comienzo al examen.

***

Ese mismo día, los jóvenes se reunieron bajo el roble. Mycroft observó que el nivel de ansiedad de su amiga se había reducido drásticamente luego de la prueba. Eso era un buen augurio.

La Clase del 89' (Mycroft y tú)Where stories live. Discover now