Capítulo 31

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— Recuerdo haber leído ese nombre. En la mitología griega representaba el Viento del Este. ¿No es así?

Mycroft asintió, sin sorprenderse de que tuviera esa clase de conocimiento.

— Mis padres siempre fueron excéntricos para los nombres.

Anabeth elevó ambas cejas y volteó a verlo.

— ¿Quieres decir que Eurus...?

— Era mi hermana. Sí.

La joven permaneció en silencio, luciendo estupefacta. Había visto las fotografías familiares desperdigadas por toda la mansión, pero en ninguna ellas aparecía la imagen de una niña. Ni siquiera una fotografía individual. ¿Cómo podía ser eso posible?

"A no ser que no quieras que esté allí." 

— Y... ¿Cómo era ella? 

Mycroft permaneció en silencio, contemplando las verdes aguas del lago. Su mente, sin embargo, se encontraba sumida en viejos recuerdos. Recuerdos oscuros e inquietantes.

— Inteligente sin igual. —habló, luego de una larga pausa—. Resultaba casi abrumador.

Anabeth humedeció sus labios, sin entender porqué se había puesto nerviosa de repente. Podía sentir una extraña tensión en el ambiente. Era como si Mycroft quisiera contarle algo, pero no encontraba las palabras adecuadas para expresarlo.

— ¿Qué fue lo que le ocurrió? —se animó a preguntar. 

El chico bajó la mirada. 

— Si voy a contarte esto... —advirtió—. Tienes que prometer que no se lo dirás a nadie. Jamás, en tu vida. ¿Comprendes?

Anabeth asintió con seriedad.

— Lo juro. 

Mycroft la observó. Suspiró aliviado y comenzó a hablar.

— Antes éramos Sherlock, Eurus y yo, siendo Eurus la menor. Vivíamos en Musgrave, nuestro antiguo hogar...

Mycroft comenzó a explicar la conducta perturbadora de su hermana menor y el cómo su gran intelecto había puesto en peligro a ella y a su familia en reiteradas ocasiones. 

— ...y siempre usaba a Sherlock para sus experimentos. Según ella, solo "jugaban". Lo que no comprendía era que en realidad lo estaba torturando. —espetó, en una mezcla de preocupación y resentimiento.

— ¿A-a qué te refieres? 

"Eurus siempre intentaba manipularnos a ambos. Yo jamás se lo permití, pero con Sherlock la historia era muy diferente. En ese entonces era muy chico para entenderlo. Por eso Sherlock fue siempre su favorito. Porque con él podía jugar."

— Te daré un ejemplo. Una vez Eurus encerró a Sherlock en el ropero de nuestros padres y selló la puerta con cinta para evitar la entrada de oxígeno.

Anabeth abrió los ojos de par a par.

— Nuestros padres escucharon los gritos de Sherlock y lo liberaron inmediatamente. Casi se había sofocado. Castigaron a Eurus, pensando que solo se trataba de una broma que salió mal. —su mirada se endureció—. Pero cuando hablé con ella y le pregunté por qué lo había hecho, solo me dijo que quería saber cuánto tiempo tardaba un cuerpo en morir por ahogamiento.

— Dios mío... —murmuró para sí. Era aterrador de tan solo imaginarlo.

— Sherlock durmió con la luz encendida los siguientes tres meses. Ni siquiera era capaz de entrar en una habitación a oscuras. Y como ese tengo muchos otros ejemplos.

La Clase del 89' (Mycroft y tú)Where stories live. Discover now