Capítulo 48

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3 de Octubre de 1979, Nueva York.

Walter comenzó a desvestirse. Abrió la canilla del agua caliente y permaneció un buen rato bajo la ducha, dejando que el calor y el vapor le quitaran el cansancio de todo el día. Luego de unos minutos se secó y salió del baño, usando nada más que una vieja camiseta y ropa interior.

Rápidamente se metió bajo las frazadas para no enfriarse y aguardó a que Evelyn se uniera a él.

Mientras esperaba, pudo escuchar la risa de Annie en la habitación contigua. Al parecer, su hija aun no tenía deseos de acostarse. Escuchó sus pequeños pasos, correteando por el piso de madera de la sala y posteriormente la cocina. También oyó a su esposa, llamando a la pequeña. 

"Otra vez jugando a las atrapadas."

El hombre sonrió a medias al escuchar un chillido agudo, seguido de pequeñas risas. Al parecer, Evelyn había conseguido atraparla. Ahora se oían los pasos amortiguados de su esposa, presumiblemente con Anabeth en brazos, derechos hacia la habitación de la menor.

Al cabo de un minuto, la mujer entró en el dormitorio. Soltó una bocana de aire, luciendo exhausta.

— ¿Te hizo correr? —comentó con diversión.

— Por toda la casa. —Evelyn asintió con cansancio—. El trato era que, si la atrapaba, tenía que irse a dormir temprano. Claramente no iba a dejar pasar la oportunidad.

Evelyn tomó asiento en el borde de la cama y comenzó a desvestirse. Arrojó a un costado sus zapatos y se quitó el vestido simple que llevaba, siendo reemplazado por un largo camisón. Walter sonrió por lo bajo, observando desde su lugar el proceso. Sus ojos recorrieron las curvas de la mujer de manera apreciativa. Para una madre en sus treintas con un trabajo sedentario como recepcionista, seguía teniendo una figura envidiable.

— Cada vez es más difícil levantarla en brazos. —soltó la morena, reanudando su conversación anterior—. Ha crecido mucho este año.

— No tanto.

— Je, dile eso a mí cintura. —se metió bajo las sábanas.

El hombre volteó a verla.

— Aun es una niña. —su postura se mantuvo firme.

— Walter... Sabes que Annie crecerá algún día.

— No. —canturreó por lo bajo—. Siempre será una niña.

Evelyn rodó los ojos.

— Quiero ver que harás cuando la niña consiga novio. —lo pinchó, mientras apoyaba la cabeza sobre la almohada.

— Hmm... —llevó una mano a su mentón, pensativo—. Tu padre aún conserva el revólver, ¿verdad?

— Walter... Te estoy hablando en serio. —lo regañó, dándole una palmadita en el hombro.

— Las balas también hablan en serio, amor. —tarareó con diversión, recibiendo otra palmada a modo de reproche.

— Ya, duérmete. —murmuró, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa.

Walter extendió el brazo y apagó el velador, apoyando la cabeza contra la almohada.

— Evy... —murmuró en la penumbra—. ¿Ya te dormiste?

— ¿Qué sucede? —murmuró con voz adormilada. No se molestó en abrir los ojos.

— ¿Mañana puedes recoger a Annie de la escuela?

La Clase del 89' (Mycroft y tú)Where stories live. Discover now