VI. De visita a Malfoy

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SEIS

Hermione parpadeó un par de veces. Y se detuvo en su marcha hacia la chimenea.

— ¿Q-qué..? — balbuceó incrédula. Pero de repente algunas cosas comenzaron a tener sentido. Su mirada tan perdida durante el tribunal, su cabeza gacha, como se alarmaba ante las personas, como si no las esperase, o como no reaccionaba cuando lo atacaban. — ¿Cómo? — cuestionó entonces, dejándose caer en el sofá, nuevamente, al lado de Minerva.

— Los detalles no están claros. Draco no hablo del tema mucho más de lo necesario. Se sabe que fue en Azkaban, quizá un preso, o algún auror con un imperius... se desconoce gran parte. Lleva ciego casi siete meses. Narcisa está buscando tratamientos pero no ha tenido mucho éxito. — explicó la mujer, sin mucho ánimo.

— ¿Un preso de Azkaban o un auror con un imperius...? ¿Pero por qué no se abrió una investigación? — estaba indignada. ¿Cómo es que nada de eso había salido en los medios mágicos de comunicación?

— A nadie le importa demasiado lo que le pase a los presos de Azkaban, querida. Generalmente se excusa lo que les pueda llegar a suceder bajo un "se lo merecen". Draco no pretende denunciar, y no ha dado nombres.

— Eso es un absurdo. — espetó la joven bruja, poniéndose en pie y caminando de un lado a otro.

— Llevó en contacto con Narcissa desde hace un tiempo. Ella vino a buscarme con desespero. Se le acababan las opciones de sacar a Draco de Azkaban, y temía, no sin razón, que en su estado actual no soportará mucho tiempo. — Minerva comenzó a hablar y Hermione se dirigió de nuevo al sofá, sentándose a su lado. — fui a visitarlo un par de veces, pero se me negó verlo. Igualmente me encargué de que recibiera asistencia médica mínimamente adecuada luego del accidente, pero el peor daño ya estaba hecho. Narcissa no podía ver a su hijo, por lo que yo era su única fuente de información. Ella ha estado viajando por docenas lugares en búsqueda de pociones mágicas, pero no hay muchas opciones, y alguna de estas podrían tener efectos colaterales desconocidos. Unos sanadores dicen que puede ser temporal, que con un cuidado especial y fortalecimiento del cuerpo puede volver a ver... pero nada se podía hacer si Draco seguía en Azkaban, así que he movido algunos hilos para sacarlo.

Minerva le dedicó una sonrisa amarga. Se notaba cansada. Su tono era suave aún, pero ya carecía de tranquilidad.

Hermione abrió la boca para decir algo, pero las palabras parecían haber quedado estancadas en su garganta.

— De esta nueva parte no puedo encargarme yo. — continuó hablando la directora — Necesito alguien joven, en quien confíe y que tenga un criterio objetivo. Que esté dispuesta a ayudar independientemente de a quien sea. Y esa persona eres tú, Hermione.

Hermione estaba muda. Tanta información había caído sobre ella en los últimos minutos que le costaba encontrar las palabras, y se sentía abrumada por las últimas revelaciones.

— No creo que incluirme en esto sea una buena idea. Además seguramente Narcissa no me quiere junto a su hijo. — comentó, recuperado su capacidad de hablar, y dedicándole una mirada suplicante a Minerva, de que la dejara fuera.

— Ella está de acuerdo. Sabe que no contamos con muchas opciones. — reveló la bruja mayor.

— y Draco, él... — intentó Hermione. Aún recordaba las peleas del rubio, las palabras ofensivas y los destratos. Seguro él no quería tener nada que ver con ella. Pero no pudo ir muy lejos en sus palabras, pues, una vez más, Minerva la interrumpió.

— Solo una visita, querida. Si no crees merecer el esfuerzo te dejo en paz.

Hermione cerró los ojos. Se sentía en un camino de calle cerrada. No tenía muchas opciones. Se podía negar, pero sentía la mirada suplicante de Minerva sobre ella, rogando por que estuviera de acuerdo. Y a un lado vio el rostro de Dumbledore, enmarcado en un cuadro, que le dedicaba una mirada intensa.

— Bien. — estuvo de acuerdo, pero se apresuró a añadir. — Pero ante cualquier insulto, mal comentario o falta de respeto me voy.

— Eso es perfecto. — estuvo de acuerdo la directora, y se puso en pie. Se alisó el vestido y se volteó para mirar a Hermione, que seguía sentada, sin poder dar crédito a lo que había aceptado. — Será mejor que vayamos entonces. Draco nos espera.

Hermione apretó los labios en una fina línea. Cuando salió de su casa lo último que pasaba por su mente era que iría a visitar a Malfoy.

Minerva sacó el polvo flu y lo vertió en la chimenea. Acto seguido, murmuró su destino: la mansión Malfoy.



Cada vez estamos mas cerca del gran encuentro! ¿No les da curiosidad saber como va a hacer? ¿Cómo va a reaccionar Draco cuando se entere que Hermione es, posiblemente, la que lo va a ayudar, y cómo va a reaccionar ella al verlo? 

Quería agradecerle a los que comentaron sus fics de Dramiones favoritos en el capitulo anterior, los que no lo hicieron pueden hacerlo ahora, o publicar su propia historia Dramione, estoy segura que todos nos va a encantar leerlo! 

Así como comente en el otro fic que acabo de publicar, tuve unos días medios bajón y me gustaría leer sus comentarios para alegrarme un poco, por favor, cuéntenme si les gusta esta historia, si les disgusta, si creen que Draco va a salir con mil insultos a Hermione... lo que sea que los leo! 

Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]Where stories live. Discover now