X. Una serpiente

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DIEZ


Hermione se dejó caer en su cama y miró el techo por lo que parecieron horas. Tenía tanto en su mente ahora mismo, que mirar el techo sin pensar en nada resultaba un alivio.

No entendía, en primer lugar, cómo había ido a parar a la casa de los Malfoy. Y por qué, en sano juicio, Minerva consideraba que ella era la adecuada para esa tarea.

Había regresado a Londres mágico para encontrarse, y no estaba segura que meterse en la mansión Malfoy fuera el camino. Además, no sabía cómo actuar con Draco en su situación. No sabía cómo actuar con una persona ciega.

Hoy había resultado ser de lo más sorpresivo. No solo por el hecho de que había visto de cerca todas las cicatrices de su rostro, sino que el rubio no había actuado como ella había esperado. No la había insultado o dicho cualquier grosería, lo que era, como mínimo, asombroso.

La bruja suspiro rendida. Había aceptado el trabajo, ahora tendría que lidiar con eso. Vaya a saber cómo.

Estaba por levantarse para darse un baño, y comer algo cuando la puerta de su habitación se abrió suavemente. Ginny asomó la cabeza colorada y la observo.

—¿Puedo pasar? — cuestionó aún con medio cuerpo afuera.

Habían establecido reglas de convivencia dentro de las habitaciones privadas después de que Hermione entrará a la habitación de su amiga y se encontrará con Harry desnudo. No había sido un buen momento, y mucho menos una imagen para recordar. Desde entonces los golpes y los permisos estaban estipulados.

— Adelante. — dijo la bruja, sentándose en la cama

—¿Cómo te ha ido? — preguntó y la curiosidad se salía de sus poros.

— Tengo trabajo. — contestó Hermione, tratando de ver el lado positivo del asunto.

— Eso es... ¿Genial? — comenzó su amiga pero al ver el rostro de la aludida bajó el tono de su voz y se sentó con ella en la cama. — No te ves emocionada.

— No sé cuáles son mis sentimientos exactamente. — reveló Hermione, removiendo su cabello rebelde.

—Bueno, sé que trabajar como profesora en Hogwarts no es exactamente tu sueño, pero...

— No es como profesora. — Hermione hizo una mueca, buscando la forma de decir lo que estaba por decir. — Fui a la mansión Malfoy y....

— ¡¿Fuiste a la mansión Malfoy?! — gritó la pelirroja, poniéndose en pie — Por Voldemort, ¿qué diablos fuiste hacer ahí?

— Bueno, mi nuevo trabajo está ahí, así que supongo que iré seguido. Incluso tendremos nuestra chimenea vinculada con la de la mansión Malfoy. — concluyó, y justo en esa instante Harry entró en la habitación, con unos ojos abiertos como platos.

—¿Qué qué? — cuestionó el chico, sin creer lo que había escuchado.

— Que Hermione consiguió trabajo en la mansión Malfoy. — explicó Ginny. Y la aludida puso los ojos en blanco. Dicho así sonaba horrible.

— ¿De qué? — cuestionó el morocho, también sentándose en la cama de su amiga.

Hermione respiró hondo antes de soltar las siguientes palabras.

— Para ayudar a Malfoy a reintegrarse a la sociedad. — explicó, jugando con las sábanas entre sus dedos, esperando por las reacciones de sus amigos. Sabía que vendrían.

— ¡Estás loca! — Harry casi gritó.

— ¡Oh, por Merlín! — espetó su amiga sentándose de nuevo en la cama.

—¿Qué se supone que harás? — cuestionó Harry dejando un paquete con las compras arriba de la cama.

— Justo eso, ayudar a Malfoy a reintegrarse en la sociedad y a recuperarse. — contó, jugando ahora con una bolsa de papas que había caído del paquete.

— ¿recuperarse? — preguntó Ginny curiosas.

Hermione dudo. No sabía si podía contar los detalles. No sabía qué tanto de la situación del rubio era de dominio público. Algo le decía que no debía compartir mucho, pero sabía también que no podría mantenerse callada con sus amigos, en algún momento se le iba a escapar algo, así que sería mejor ya contarles la verdad.

— Draco está ciego. — reveló.

Ginny dejó caer la galleta que estaba llevando a su boca.

— ¿ciego? — cuestionó la muchacha.

— ¿ciego, de que no ve? — interrogó Harry. Ginny le dedicó una mirada y Hermione puso los ojos en blancos.

— Si, Harry. No ve nada.

— ¿Qué otra clase de ciego conoces? — cuestionó Ginny burlona, aún con la mirada puesta en su novio. Harry le dedicó una mueca y volvió su atención a su amiga.

— ¿Cómo es que está ciego? — preguntó, ya volteando el paquete de papas a su lado. Metió la mano dentro y sacó una cantidad considerable.

Hermione respiró hondo. Al parecer iba a tener que dejar su baño para más tarde y darles todos los detalles.

— Tuvo un accidente en Azkaban y quedó así. Tiene marcas, cicatrices, en los ojos, y los párpados... es raro de ver. — explico, ya reclinándose contra el respaldo de la cama. Al recordar esas cicatrices un escalofrío la recorrió desde la columna vertebral. Hizo una mueca ante la imagen mental que acudió a su mente.

— ¿Qué accidente? — quiso saber Ginny.

— No se sabe los detalles. Draco no compartió mucho. Narcissa está buscando una solución y Minerva se encargó de sacarlo de Azkaban para poder hacer algún tratamiento, cuando se encuentre.

— Sigo sin entender exactamente cuál es tu trabajo. — concluyó Ginny luego de unos segundos de silencio en el que los tres miraron la comida pensativos.

— Solo estar en la mansión y... asegurarme que se levante y coma. Que no esté mucho tiempo afuera, y controlar las vistas... no estoy del todo segura. Supongo que me iré poniendo al día a medida que pasan los días.

— ¿Serás su niñera? — interrogó Harry, no muy contento con eso.

Hermione recordó con amargura cuando el mismo Draco dijo que seguro ella no quería ser niñera de un mortífago.

— No estoy segura de mí tarea. Pero Draco es grande para una niñera. — respondió.

— Pero está ciego. Eso lo deja indefenso. No quiero ser quien lo diga, pero podrías cobrar todos los años de maltrato. — espetó Ginny.

Hermione negó con la cabeza.

— Nunca haría eso. Además, si lo vieras, está realmente débil y frágil. Está tan delgado, no se parece nada al Draco de Hogwarts.

— Pero lo es. Es una serpiente, tienes que tener cuidado con él. Vigilar cada paso, cada palabra. — la interrumpió Harry.

— Tranquilo, Harry. Ese ahora es mi trabajo. 



Este capitulo no tenemos muchos detalles de Draco, pero me parece importante para saber un poco más de Hermione y como se enfrenta ella a la situación. 

Quiero contarles que no es nada fácil escribir desde el punto de vista de una persona ciega. Estoy segura que cuando me dispuse a hacer esta historia no tuve taan en cuenta esto como debería. No me arrepiento, pero verán en los capítulos siguientes que realmente no es tarea sencilla. Aprecio el cariño y los comentarios de todos, y pido disculpas por cualquier detalle al respecto de eso que se me pase. También aprovechó a explicar que no es mi intención dejar a Draco ciego toda la historia. 

Dicho esto, nos reencontramos el miércoles! 

Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora