XXXIV. Permiso

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.34.


Aparecieron en medio de un bosque oscuro y húmedo, donde la tierra fría y espesa les dio la bienvenida.

—Lo logramos — dijo Ginny apartándose de su amiga.

— Pensé que nos mataban. Nos superaban en números — comentó Pansy, ojeando a su alrededor.

Hermione miró lo mismo que ella, con una arruga de preocupación formándose en su frente. Cuando había pensado en aparecerlos había tenido un lugar muy específico en mente, pero nada de lo que veía lograba reconocer.

— ¿dónde estamos? — preguntó para nadie en particular

— ¿no deberías respondernos a esa pregunta, Granger? — cuestionó un molesto Draco a la vez que se agarraba de un árbol para ponerse en pie.

— Y-yo se a donde estamos — intervino Blaise, desde el suelo, donde aún permanecía apretando su herida, con la tez pálida y transpirada.

Pansy se precipitó hacia él y con ayuda de Ginny lo pusieron en pie. Cada una agarraba al Slytherin de un brazo.

— Estamos en las afueras de Hogwarts. Solía venir acá con... — miró a sus espectadores y se apresuró a añadir. — No importa. Solo, caminemos hacia allá. — apuntó a una pendiente que todos se apresuraron a mirar.

Hermione se acercó a Draco y pasó un brazo por su espalda para poder ayudarlo. El rubio se puso rígido con el repentino contacto, pero cedió, hasta donde ella podía ver, Draco no estaba mejor que su amigo.

La pendiente era una subida cargada de piedras que se resbalaban a medida que avanzaban. Tuvieron que detenerse tres veces para que Blaise pudiera recuperar el aliento. El morocho estaba en muy mal estado y cada vez más blanco, si es que eso era posible. Aunque lo disimulaba muy bien.

— ¿No podemos llamar a alguien? — pregunto Pansy haciendo fuerza con su amigo.

— Cuando entremos dentro del perímetro de Hogwarts pediremos ayuda, ahora aún estamos vulnerables a posibles ataques, debemos pasar desapercibidos para que no nos noten, en caso de que los mortifagos... — comentó Hermione, reuniendo todas sus fuerzas para hablar mientras seguía caminando.

— siquiera lo digas — Pansy la interrumpió negando con la cabeza.

— ¿Qué ha sido eso de todos modos? — pregunto Ginny, que también sostenía el peso de Blaise en sus brazos.

Nadie habló, todos permanecieron en silencio, como si la verdad fuera muy incómoda para mencionarla. Aunque ellos ya tenían alguna posible respuesta. Al menos Hermione lo hacía.

Siguieron eliminando la distancia que los separaba del colegio en completo silencio. En parte porque la subida era cada vez más pronunciada y el camino costoso, y en parte porque la pregunta de Ginny aún flotaba en el aire y en sus mentes.

Una vez estuvieron cerca del puente, prácticamente todos respiraron aliviados, pero se encontraron con la barrera protectora que mantenía fuera a los indeseados, eso incluía a criaturas salvajes, dementores, muggles, y mortifagos.

Hermione miró a Draco al darse cuenta. El no podría entrar a menos que tuviera un permiso especial. Esa barrera se había vuelto a levantar una vez que la guerra había concluido, y se habían adicionado limitaciones muy específicas para que jamás ningún mago o bruja que poseyera la marca pudiera pisar Hogwarts.

— ¿Qué pasó? — preguntó el rubio al darse cuenta que no estaban avanzando

Hermione contrajo una mueca. Genial idea había tenido de aparecerse ahí.

Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora