55. El despertar

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.55.

El Despertar


Los siguientes tres días fueron una agonía. Draco entraba y salía de la inconsciencia, sin nunca llegar a estar realmente consciente. Durante las primeras veinticuatro horas no se despertó más que por un minuto, y llamaba por su madre, y en ocasiones por Hermione.

Luna y Theo hacían lo posible para mantenerlo cómodo, pero estaba con fiebre, lo que generaba alucinaciones, y que en más de una oportunidad estuviera transpirando y susurrando palabras al azar, sin ningún sentido.

Hermione apenas había salido de su lado. Comía lo que Ginny o Pansy traían para ella, pero no pretendía irse del hospital por más de una hora. Desde la chimenea del escritorio de Nott se dirige a su casa, en donde se bañaba y regresaba. Tras tres días, Draco no mostraba ningún avance. La herida de sus ojos había mejorado pero la cicatrización se había detenido. Estaba colorada e hinchada la zona ahora.

Pasado el primer día, en más de una ocasión Draco se despertó alegando frío, y en otras tratando de sacar lo que tenía arriba, en una ola de calor.

Blaise pasaba tanto tiempo como podía. Así como Hermione se había ido muy poco y Pansy estaba tanto como su apretada agenda se lo permitía. Había desmarcado muchos compromisos por estar ahí.

Todos estaban aprensivos, y en ese punto, desesperados por saber de algún avance. Luna trataba de mostrarse positiva, pero Nott era cada vez más reservado con sus diagnósticos. Algo no andaba bien, Hermione podía sentirlo en el aire.

Un suspiro rápido hizo que Hermione dejará de mirar la ventana y se acercaba con pasos rápidos hasta la camilla donde estaba Draco.

Lo habían trasladado a San Mungo luego de que quedara inconsciente. A igual que ella que según explicaron los medimagos que la atendieron, había tenido un tanque de nervios, desencadenado por tanto estrés. Su mente le había jugado una mala pasada y había dado rienda suelta a sus emociones. Ver a Draco en ese estado la había afectado, y todo el estrés, los nervios, la habían alcanzado.

Le habían dado el alta después de dos horas, y había, prácticamente, corrido por los pasillos de San Mungo hasta dar con Draco.

Ahora, él parecía estar despertando por completo luego de varios días de inconsciencia.

— ¿Draco? — llamó Hermione, con cuidado de no asustarlo. Ella no sabía con qué se iba a encontrar. Su reacción era desconocida para ellos, ya que no tenían cómo saber si había recuperado la visión o no. Eso no quedaba claro por los diagnósticos que Nott había aplicado, por más detallados que fueran.

— ¿Donde-donde estoy? — cuestionó, apenas logrando separar las sílabas.

— En San Mugo. Te trajeron después de... después del ritual que devolvió tu magia. ¿Puedes sentirla? — Hermione se había acercado lo suficiente a la cama, ahora, con extender la mano podía tocarlo, pero se reprendió el intento. Sería más prudente aguardar para saber cuál sería su reacción. Aún no habían tenido tiempo de hablar de lo que había sucedido en el juicio, y Draco tenía todo el derecho a estar enojado con ella.

El rubio se acomodó en la cama, y la bruja de Gryffindor se apresuró a arreglar las almohadas a su espalda para que quedara mejor sentado. Una vez erguido sobre la cama, extendió una mano y la movió en diferentes sentidos.

— Si, creo que siento la magia corriendo por mis venas. ¡Merlín! Hacía tanto que no los sentía que siquiera recordaba cómo era. — exclamó con cierta emoción en sí tono.

Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]Where stories live. Discover now