Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]

57. Dos opciones, una decisión

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Dos opciones, una decisión

— ¿Hermione? —Draco escuchó una suave voz que los despertó. — ¿Hermione? — volvió a insistir quien quiera que fuera, y cuando por fin logró abrir los ojos, Draco se incorporó de golpe sorprendido.

Se sentó y quedó contemplando lo que estaba viendo. Un movimiento rápido y preciso, pero desde luego algo que se movía muy cerca entre su habitual oscuridad. Y entonces recordó, como un flash al pasado, todo lo que había sucedido.

El juicio, la victoria, el ritual, despertar en San Mungo, las sombras que habían aparecido y que estaban más claras ahora, pero que continuaban siendo sombras, las horas de examen junto a Nott y varias otras brujas y magos.

— ¿Draco? — La voz de Hermione lo trajo a la realidad — ¿Estás bien?

Le llevó un latido lograr calmarse. Respiro un par de veces hasta que se sintió relajar. Relajó los hombros que sentía tensos y aflojó la mandíbula que inconscientemente había apretado.

— Estoy... solo — casi de forma automática movió el rostro a donde la voz de ella procedía, con la esperanza de verla, pero lo único que logró visualizar fueron sombras oscuras en medio de la oscuridad. — sorprendido.

— ¿algún avance? — cuestionó la voz de Luna a su costado.

Draco quitó la mirada del lugar donde se supone que estaba Hermione, y dio un rápido paneo general por la habitación, pero lo cierto es que era muy difícil asumir si había cambiado en algo desde ayer. Estaba bastante asombrado con su nueva realidad. Esos movimientos que lograba distinguir en medio de la oscuridad eran algo para él, diferente a como había visto en los últimos tiempos, desde que vio por última vez, y si bien era una avance, se veía igual que ayer.

— No — respondió luego de un momento. — Creo, no estoy seguro. Si te mueves, si alguien se mueve — Draco levantó su propia mano y se detuvo a analizar el efecto, la bruma siempre negra que lo rodeaba cobraba un resplandor de sombra que seguía, lo que suponía, sería el movimiento de su mano. — Si algo se mueve, es como si lo pudiera verlo, pero no se si has sido tú, o Hermione, o cualquier otra persona. No hay rostros, o figuras, sólo una oscuridad en movimiento.

— Bueno, eso definitivamente es algo — continuó la muchacha. Draco no la recordaba muy bien. De su tiempo en Hogwarts podría decir que la había visto, y que tenía mala fama, de ser rara, pero no recordaba con claridad algún rasgo de la bruja. Quizá se debía a que nunca había interactuado realmente con ella, quizá en alguna ocasión se había burlado, o quizá porque había pasado mucho tiempo. Pero lo cierto es que la voz de Luna no tenía rostro. Creía recordar que era rubia, pero no tan rubia como él. Su voz era suave y dulce, se la imaginaba como esas personas que siempre están sonriendo y alegres, con ojos curiosos y mirada atenta.

— ¿Quieres desayunar algo? — preguntó Hermione y Draco movió el rostro a su otro costado. Ella seguía ahí. ¿Aún estaba sobre la cama o ya se había bajado? Extendió su mano y tanteó el lugar, pero no avanzó mucho. En segundos alcanzó lo que supuso era la pierna de Hermione. Ella sostuvo su mano entre las suyas y él sonrió, como un niño agarrado en la travesura.

— No te has ido — comentó, sonriendo ante eso.

— Estoy acá — respondió ella en un tono bajo pero alegre.

— Deberías comer, va a ser un día largo — aventuro la voz de Luna desde su costado.

— Iré a la cantina del hospital por comida y traeré varias, o puedes decirme qué quieres comer y... — comenzó ella, dándole la razón a la otra bruja.