Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]

.62. ¿Redención?

.62.

¿Redención?

Cuando Hermione entró en el ala privada de San Mungo ese día, más tarde de lo habitual ya que la noche anterior se había desvelado hasta tardo con Draco, se sorprendió de encontrar a Pansy llorando en la entrada a la habitación del rubio, y se detuvo en seco, su mente ya pensando lo peor.

Blaise abrazaba a su amiga, su rostro un manojo de nervios mientras intentaba consolarla como tantas veces Hermione había visto que él trataba de hacerlo.

En ese instante, con Hermione aún petrificada en la puerta, temerosa de dar un paso a mas y que fuera demasiado tarde, debatiéndose entre salir corriendo y hacer de cuenta que nada había sucedido, o arrojarse a pasos apresurados a corroborar como estaba Draco, sintió como alguien se aproximaba a pasos rápidos.

— Pansy... — se escuchó la voz de Ginny resonando en el lugar — ¿qué pasó? recibí tu lechuza. — la pelirroja alcanzó a su novia y la retiró de los brazos de Blaise.

Hermione contempló con el corazón en la boca, pero sin que ninguna palabra encontrará el camino para exteriorizarse.

— Que bueno que ya están todos — Luna salió de la habitación que permanecía cerrada, se detuvo ante ellos y les dedicó una mirada significativa a cada uno — sé que esto es difícil, pero al final todo se resuelve...

— Luna — Hermione la interrumpió de golpe, haciendo que todos los presentes desviaran su atención hacia ella. — Solo dilo. — devolvió, soltando el aire de los pulmones y dejando caer los hombros del mismo modo que se sentía ella caer.

Luna erigió una ceja, y Pansy se quitó las lágrimas con el dorso de la mano.

— ¿No has recibido mí lechuza? — preguntó la bruja de Slytherin.

La aludida se atraganto con las palabras y como no logró formular nada coherente, negó con la cabeza.

Pansy abrió mucho los ojos y se soltó de Blaise para acercarse a ella. Tomó las manos de Hermione entre las suyas, al tiempo que una sonrisa surgía entre sus lágrimas.

— Draco ha despertado. — devolvió la joven mirándola a los ojos, mientras Hermione iba de la confusión a la comprensión, del frío al calor, en segundos.

— ¿có...cómo? Estabas llorando... pensé... yo pensé que... — no pudo contener sus propias lágrimas rompiendo en llanto ante el alivio de saber que él estaba con ellos cuando hace pocos segundos su corazón estaba roto por haber imaginado lo contrario.

— Hermione, —la voz de Luna la sacó de su ataque — Draco está bien. Vamos a quitar sus vendas ahora, ¿quieren entrar? — preguntó la rubia dedicándole una sonrisa.

La aludida asintió mecánicamente con la cabeza mientras Pansy la ayudaba a avanzar los pasos hasta la habitación. En silencio agradeció la ayuda de la bruja, no estaba segura de lograr mantenerse en pie por sí sola.

Cuando entró en la habitación vio a Draco sentado en la cama mientras Nott realizaba unos chequeos con el uso de unas herramientas que Hermione desconocía. El rubio aún llevaba las vendas que envolvían sus ojos.

— Por lo que puedo ver está todo bien — sentenció el medimago, — es el momento de saber si la operación funcionó.

— Necesito que Hermione esté aquí — habló Draco, su voz urgente y un tanto ronca por la falta de uso.

— Estoy aquí, Draco — respondió ella, soltándose de Pansy y acercándose de golpe al mago para sostener sus manos entre las suyas, — has despertado... — susurro, su propia voz casi inaudible. Negó con la cabeza, deseosa de decirle tantas cosas pero con las palabras huyendo de su alcance. — Draco...