Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]

XXX. Alguien esconde algo

TREINTA

Hermione se removió incómoda en su silla. Ante ella tenía una mesa decorada con un mantel rojo y una copa con vino tinto. Estaba en su hora de almuerzo y le había pedido a Pansy que se quedara con Draco mientras ella salía a resolver unos asuntos.

La bruja de Slystherin no tuvo ningún problema en quedarse con su amigo, pero Hermione desconfiaba que eso tenía más que ver con el hecho de que Ginny había aparecido sorpresivamente con una bandeja de comida. Había dicho que el almuerzo era para Hermione, pero como ella no se podía quedar, estaba más que dispuesta en compartirla con Pansy. Algo extraño porque Hermione estaba casi segura que le había comentado esta mañana que almorzaria con su hermano.

Justamente era eso que la tenía moviendo nerviosamente sus piernas ahora.

Desde que había visto en los registros de Azkaban, que Narcissa tan cuidadosamente se había encargado de investigar y guardar, supo que tenía que hablar con su amigo.

Ron había sido guardia el día en que sucedió el accidente de Draco.

El problema es que desde que ella se había marchado de Londres mágico el contacto con Ron había sido básicamente solo entre varios amigos, nunca solos. No es que las cosas quedaran mal entre ellos, pero tampoco estaban perfectamente.

Se habían besado en medio de una guerra, cuando prácticamente todo el mundo mágico se estaba desmoronando sobre sus cabezas, pero una vez la guerra terminó, y Hermione sintió que se tenía que marchar y dejar todo lo que le recordaba a la guerra para tras, él no se lo había tomado tan bien.

Siempre se juntaban con Harry, o en la casa de los Wesley, pero era la primera vez que lo hacían solo, y no podía mentir diciendo que se le antojaba fácil, y que se moría de ganas de hacerlo, pero tenía que hacerlo. Si quería descubrir algo debía hablar con Ron.

Por lo que sonrió nerviosa cuando él se sentó ante ella en esa mesa con ese mantel rojo.

—  Hermione —  dijo él a modo de saludo —  me sorprendió tu mensaje diciendo que deseabas verme.

Estaba sonriendo. Quizá demasiado. Quizá se esperaba algo que no iba a suceder. Hermione se recriminó mentalmente por ser tan abierta en su carta.

Un necesitamos hablar parecía muy vago ahora, y abierto a muchas posibilidades, menos a lo que ella pretendía.

— Ron ¿Cómo has estado? —  preguntó, optando por ser cortés y educada antes de hablar sobre su tema de interés.

Él se acomodo en la silla, visiblemente desorientado con la pregunta tan casual.

—  Bien —  respondió luego de unos segundos — Trabajando más que nada.

—  Eso es bueno —  comentó ella, jugando distraídamente con las arrugas del mantel. Quería ir directo al tema pero no sabía cómo comenzar exactamente.

— Deberíamos pedir algo para comer. Me muero de hambre — comentó Ron sonriendo, de cierto modo facilitando las cosas.

—  Perfecto. También tengo hambre —  mintió, estaba nerviosa y dudaba que tener un plato de comida fuera de ayuda.

No demoraron en estar servidos con grandes platos repletos de comida. Hermione solo de mirar su servida ya se sentía llena, pero eso no fue un impedimento para Ron, que comenzó a comer sin miramientos.

— En Azkaban estamos prohibidos de llevar cualquier comida para almorzar o cenar. Entonces aprovecho cualquier oportunidad. —  comentó, mientras devoraba un fideo con tuco. Hermione se preguntó cuando él no aprovechaba para comer.