XLII. Miradas y Flash

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.42.

Draco suspiro. Hermione no sabía lo que le estaba pidiendo, no sabía las implicaciones de su discurso. Y de cómo eso los iba a afectar a ellos.

Draco era consciente de que no sería fácil, no solo por el hecho de poner en práctica su plan, sino por enfrentarse a tantos magos y brujas que estaban detrás de esas puertas, prontos para juzgarlo, criticarlo, y con un pensamiento ya formado de que se merecía todo lo que le había pasado. No podía decir que estaba en desacuerdo con ellos.

Respiro hondo. Había llegado hasta acá, y desde que había aceptado participar en esta insana idea de Minerva nada tenía que ver con defender su punto de vista y hacer valer su trágica historia, sino en cómo usaría eso para que Hermione se alejara de él.

— Entremos — dijo, sintiéndose de repente flácido, de un modo diferente.

Estaba trémulo, podía sentirlo, de algún modo esto le recordaba a cuando había entrado por primera vez a ser juzgado. En parte ya sabía cuál iba a ser la sentencia dictada esa tarde, pero eso no hizo que fuera más fácil al escucharla.

Ese recuerdo le golpeó con fuerza y tuvo que agarrarse de lo primero que encontró. Sentía que iba a pasar por eso de nuevo, pero ahora no lo enviarian a una celda húmeda y oscura, sino que ella se alejaría de su lado, por su bien, y de ese modo de toda la oscuridad que lo rodeaba.

— ¿Estas bien? — la escucho preguntar, colocando su mano sobre la suya. Era tan suave y dulce que tuvo ganas de gritarle. No se merecía nada de eso. Quito su mano de entre la de ella.

— perfecto — devolvió y su voz sonó áspera, ronca.

— tenemos que entrar, nos están esperando — escuchó a Minerva a algún lado, y sonaba seria, firme.

Él asintió en silencio. Había llegado el momento.

—¿quieres qué...? — comenzó ella, pero Draco negó con la cabeza. Sostuvo su bastón con fuerza y comenzó a caminar para salir de la sala que los mantenía alejados y protegidos de todos.

****

Hermione asintió con la cabeza. Si eso era lo que él quería no se opondría. Había mostrado su apoyo hasta ahora y seguirá haciéndolo. Una vez Minerva abrió las puertas sintió las miradas de todos sobre ellos, así como los flash de los fotógrafos que estaban para registrar el momento. Ya casi podía imaginarse los títulos de mañana en el profeta. No había cómo luchar contra eso ahora. Draco dio un paso al frente, ignorando los comentarios que ya se disparaban sobre ellos, y ella intentó hacer lo mismo. A su espalda Blaise y Ginny los seguían. Minerva iba al frente, abriendo camino en la medida de lo posible. El escudo invisible los preotegia de posibles ataques. 

— ¿Aun te parece que esto es una buena idea? — escucho a Ginny susurrar cerca de su oído.

La respuesta es que no estaba segura. Si salia bien podría ser un éxito con respecto al juicio final de Draco, pero si salía mal,... podría ser catastrófico.

Continuaron caminando, deslizándose entre los reporteros y sus infinitas preguntas, hasta entrar en una sala más tranquila, pero donde varios pares de ojos se pusieron en ellos. Copas servidas flotraban sobre sus cabezas, al alcance de las manos de quien quisera agarrarlas. Los invitados estaban vestidos en sus mejores trajes, pero sus sonrisas desaparecieron encuento el grupo entro en la sala. Hermione recordó que estaban en un congreso internacional para recaudar fondos para familias afectadas por la guerra. Seguramente entrar por la puerta principal con un mortifago no sería lo mejor a hacer. Y eso explicaba todas las miradas, para nada amistosas.

Draco Malfoy - Efecto Azkaban [TERMINADA]Where stories live. Discover now